El 22 de octubre se cumplirán 50 años de uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de Extremadura y Malpartida de Plasencia quiso ayer recordarlo en el primer homenaje a las víctimas del accidente durante construcción de la presa de Torrejón el Rubio, en el Tajo. El ayuntamiento inauguró un monolito y una escultura, realizada por Jesús de la Luz Ceballos, para recordar a las 54 víctimas oficialmente reconocidas, aunque se estima que fueron más. Al acto, además de representantes políticos, incluído el presidente Monago y el alcalde Marcelo Barrado, acudieron familiares de aquellos fallecidos tras ceder una de las compuertas que conducía el agua hasta la central hidroeléctrica de la presa. El presidente destacó la importancia de aprender de las tragedias para evitarlas y abogó por no caer en el olvido "por justicia a las víctimas y a sus familias". "El 22 de octubre de 1965 es una fecha que a ningún extremeño jamás se nos olvidará, ni siquiera a quienes aún no habíamos nacido", dijo Monago, encargado de descubrir el monolito que "es una lección para toda la sociedad extremeña,". Una exposición de fotografías y el visionado de un documental pusieron el broche a un episodio que sigue muy vivo entre los familiares de las víctimas, para los que se hace justicia a medias. "Cuando alguien diga que fue una negligencia y se pudo evitar se hará justicia", señaló a Efe Claudia, cuyo padre falleció a los 30 años.