Los hay que se asientan en la tribuna de príncipe de la paz y al socaire del pacifismo, la concordia y el entendimiento, caen en actitudes tan extrañas como infantiles. Ahora algunos pontifican sobre el uso que se debe dar a las instituciones políticas y se lamentan que se utilicen políticamente como estrategia para desgastar al adversario. ¡Es como si acabaran de descubrir la pólvora! Pero vayamos a la cuestión de fondo para ver si les resolvemos alguna duda, porque para matar al mensajero ya están otros.

1º) Ibarra lleva dos años vendiendo su propuesta de modificar la Ley Electoral para, subiendo el corte mínimo al 5%, evitar la presencia de nacionalistas y regionalistas en el Congreso de los Diputados. Le hemos contado hasta once veces el mismo titular y siempre vendiéndolo con caracteres de novedad. Esto es una burla, porque después de dos años de amenazar con el mismo tema, nunca ha presentado, en parte alguna, una propuesta en firme. El objetivo de Ibarra es seguir enredando y logrando titulares a costa de los nacionalistas, aunque en silencio, cuando llega la hora de la verdad, los bendice, los apoya e incluso les presta un senador (don Francisco Fuentes , elegido por la Asamblea de Extremadura) para que puedan tener más voz y más dinero del que las urnas le otorgan.

2º) Durante ocho años, los de gobierno del Partido Popular, el PSOE ha presentado en la Asamblea de Extremadura 34 iniciativas que no tenían nada que ver con Extremadura, aunque llevaban la clara intencionalidad política de desgastar al gobierno de Aznar y dejar en evidencia al Partido Popular de Extremadura. ¿No es esto utilizar la Asamblea con una estrategia de política de partido? Bueno, pues parece que esto es un descubrimiento del Partido Popular, una aportación genuina. Listos que somos.

3º) El Partido Popular de Extremadura ha presentado una resolución en la Asamblea, favorable a la subida del 5% para que Ibarra no explote más el asunto y para obligarle a tomar una iniciativa en ese sentido. Nuestra propuesta es tan seria que fue votada por todos nosotros, para obligarlo a pasar de las palabras. Por fin vamos a comprobar el peso de Ibarra en el PSOE y en el Gobierno. Porque lo que no es serio es el jueguecito de ordeñar una propuesta que no se propone nunca, para seguir amamantándose de la nada. Lo de Ibarra es una burla que no irá a parte alguna y él lo sabe, lo ha sabido desde el principio y por eso jamás pasó de las palabras. Ya nos suponemos la carita de Zapatero cuando le llegue, vía Asamblea de Extremadura, la sugerencia de cambiar la Ley Electoral para subir el listón y que no entren en el Congreso sus socios, todos los que los sostienen ahora: nacionalistas vascos, catalanes, canarios y gallegos. ¡Qué risa! Seguro que a Carod Rovira le da un soponcio.

4º)¿Por qué insiste Ibarra? Porque le da titulares y notoriedad, que es lo único que le importa. ¿Qué es lo que hemos hecho nosotros al obligarle a dar el paso? Evitar que siga engañando al personal, dejarlo en evidencia ante la falacia de su eterna propuesta y ponerlo ante la opinión pública como el charlatán que es, pero resulta que en el impoluto corazón de algunos biempensantes, esto es utilizar políticamente las instituciones políticas.

Algunos no sabían que las instituciones políticas están para hacer política y desarrollar estrategias políticas. Algunos lo que quieren es que los imitemos y, a pesar de todo, tengamos "buen rollito" con el poder. Es decir, con Ibarra. Por eso se suben al púlpito a cada trecho y nos sermonean para que seamos buenos. Amén.