El Tribunal Supremo ha condenado al Ministerio de Sanidad y a la aseguradora Mapfre Industrial SAS a indemnizar con algo más de 60.000 euros (10 millones de las antiguas pesetas) a una mujer que quedó parapléjica en 1999 tras someterse a una intervención quirúrgica. El objetivo de dicha intervención, denominada de comprensión medular, era precisamente evitar en un futuro la citada lesión.

Según recoge la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del alto tribunal a la que ha tenido acceso EL PERIODICO, tras estudiar el caso la citada Sala estimó el recurso interpuesto por la afectada, Pilar Marrufo Rodríguez, contra la resolución dictada por la de la Audiencia Nacional en el 2003 y que desestimaba su reclamación de responsabilidad patrimonial.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional desestimó su reclamación, pero la del Tribunal Supremo la estima, y declara "el derecho de la señora Marrufo Rodríguez a ser indemnizada en la cantidad ya actualizada de 60.101,21 euros".

MOTIVOS Cinco años antes de la operación que la dejaría parapléjica a Pilar Marrufo se le había diagnosticó un cáncer de mama del que fue operada. Posteriormente se le detectó una metástasis en la columna vertebral y los médicos del Hospital Infanta Cristina de Badajoz donde estaba siendo atendida le recomendaron que se operase para evitar una ulterior paraplejia, "pero salió del quirófano con la paraplejia que se pretendía evitar", además de con "una infección de la herida quirúrgica y una profunda depresión para la que precisa tratamiento psiquiátrico".

Para la Sala de lo Contencioso-Administrativo, así consta en su sentencia, ha quedado probado que a la paciente "se le informó únicamente de los riesgos concretos que podían derivarse de la laminectomía descomprensiva --intervención quirúrgica--, entre los que se encontraba la paraplejia", pero sin embargo, "no se le informó de los tratamientos alternativos que podían aplicarse, y que los propios estudios médicos consideraban estos más seguros, como el tratamiento con radioterapia, y más si como la propia Inspección Médica reconoce en su informe, la paraplejia hubiera sido en todo caso inevitable con o sin intervención quirúrgica, inevitabilidad de la que no se informó a la paciente, que precisamente se sometió a la operación para tratar de evitarla, asumiendo la paraplejia como un riesgo, y no una consecuencia de la operación".