Las autoridades han puesto las luces de emergencia, se han enfundado el chaleco amarillo y hacen señales de alerta tras conocer los resultados de los primeros test de detección de drogas realizados por los agentes de Tráfico en las carreteras españolas. Las cifras hablan de que el 8% de los controles practicados el pasado fin de semana en Badajoz y Zaragoza, las dos ciudades donde se ha puesto en marcha esta experiencia piloto, se han saldado con positivos por consumo de sustancias psicotrópicas.

Sin embargo, las diferencias entre las dos capitales provinciales son grandes. De hecho, en Badajoz tan solo se realizaron 52 pruebas de saliva, todas ellas durante las madrugadas del viernes al sábado y del sábado al domingo. Ningun conductor dio positivo, aunque en siete casos fue necesaria la comprobación del equipo médico para certificar que debían considerarse como negativos.

Por su parte, en la ciudad aragonesa los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que probaban un mecanismo ya implantado por las policías autonómicas en Cataluña y País Vasco, interceptaron a 32 personas que circulaban bajos los efectos de sustancias como el cannabis, la cocaína, las anfetaminas o el éxtasis. Eso sí, el número de controles realizado fue mucho mayor: 389.

A pesar de la novedad que supone comenzar a aplicar este tipo de test, la situación ya era conocida por las autoridades. De hecho, tal y como señaló ayer la presidenta del Observatorio Español de Seguridad Vial, Ana Ferrer, el 6% de las víctimas fallecidas durante el 2006 había consumido algún tipo de droga. Ese porcentaje, en años anteriores, rondaba el 10%.

Además, los resultados de los primeros controles realizados revelan que casi ocho de cada 100 conductores circulaban bajo los efectos de sustancias psicotrópicas, mientras que en el caso de los controles de alcoholemia el porcentaje de positivos es menor, en torno al 3%.

Reinserción social

Ante esta situación, el fiscal especial para la Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, aseguró ayer que el trabajo de la fiscalía y las fuerzas de seguridad contra el consumo de drogas por parte de conductores es ya "irreversible" tras los resultados obtenidos el pasado fin de semana, especialmente en Zaragoza. No obstante, Vargas abogó por trabajar en la reinserción del infractor y que la condena vaya más allá del juicio rápido, la decisión penal y la privación del permiso de conducir. "Me gustaría que el conductor salga del juzgado camino de un hospital para ver con sus propio ojos las consecuencias que tiene consumir drogas y alcohol y ponerse en carretera", indicó. Eso sí, el Código Penal ya contempla penas de trabajos en beneficio de la comunidad, penas de prisión de hasta seis meses y privación del derecho de conducir para quienes siguen mezclando la afición al volante y las sustancias psicotrópicas.