Los taxistas que trabajan en las principales ciudades de la región no disponen en sus vehículos de medidas de seguridad como mamparas o sistemas de localización GPS. Ninguno tiene mamparas que separen a los profesionales de los clientes, una cuestión necesaria según los taxistas de estas localidades consultados por EL PERIODICO, pero muy costosa. Por ello, reclaman a las administraciones públicas que paguen esos costes para frenar la inseguridad que padecen, ya que, aunque la situación no es tan grave como en las grandes ciudades españolas, cada fin de semana suelen sufrir incidentes.

En este sentido, y a raíz de la muerte reciente de un taxista en Bilbao, los taxistas de Badajoz se quejan de que prácticamente cada fin de semana tienen problemas, sobre todo en los turnos de noche, provocados por personas ebrias o que se niegan a pagar. Sin embargo, según Joaquín Bravo, presidente de la Asociación Radiotaxi, que aglutina a todos los profesionales del sector en la capital pacense, "no se denuncian, normalmente, porque la mayoría de las veces no sirve para nada, sólo para perder el tiempo". A no ser, añadió, que se trate de hechos graves, como el apuñalamiento de un compañero hace dos años años.

Ante estas situación de inseguridad, abogan por la colocación de un sistema de localización vía satélite (GPS), poner en servicio vehículos universales adaptados, o colocar mamparas, pero el problema en este último caso es que la plaza delantera quedaría inutilizada por el cliente. Por ello, presentarán en breve un borrador de proyecto ante la Junta y el ayuntamiento para instalar el sistema de GPS en todos los vehículos de la flota pacense, informa Fernando León.

UN PROBLEMA COMUN La situación se repite en Cáceres, donde los taxistas consideran necesaria la instalación de mamparas porque "ya hace dos años intentaron secuestrar a un compañero y, aunque no ha pasado nada grave, siempre hay pequeños incidentes", comentó José Antonio González, taxista desde hace nueve años en Cáceres. Como sus compañeros pacenses, esta y cualquier otra medida de seguridad debería ser financiada por el ayuntamiento cacereño o por la Junta de Extremadura, informa Marta Fernández.

Juan Emilio González, uno de los 41 taxistas que trabajan en Mérida, es de la misma opinión, y recuerda que con la entrada del euro tuvieron que adaptar un taxímetros "que ya nos costó 70.000 pesetas". También cree necesaria la instalación de mecanismos de seguridad ante los "atracos o los incidentes que provocan generalmente personas borrachas o que no quieren pagar", pero deben ser asumidos por los poderes públicos, reiteró.

Tampoco tienen ninguna medida de seguridad los 30 taxis autorizados en Plasencia. Raúl Rodríguez, portavoz del colectivo, destacó que cualquiera de estas medidas supone una inversión muy costosa. Además, recordó que hace unos años hubo un asesinato de un taxista en Plasencia y tres secuestros. La situación se ha normalizado, pero "como no sabes a quién llevas en el coche, vas vendido", apuntó, informa Raquel Rodríguez.

Este problema y las demandas se repiten también en Don Benito y Villanueva de la Serena, como reclaman Antonio Cerrato y Andrés Sánchez, dos taxistas que, aunque consideran necesarias las mamparas, el coste y la adaptación de los vehículos hacen difícil su instalación, informa Mercedes Martín.