No sólo los Reyes Magos llegaron ayer de Oriente a Plasencia sino también un emperador japonés y un grupo de ninjas y samurais que hicieron las delicias de los miles de niños congregados en la plaza Mayor a pesar del intenso frío para ver la cabalgata. Como antecesora de las carrozas de Sus Majestades, una pagoda japonesa hizo su entrada y dio paso a un espectáculo de samurais --miembros del grupo de montaña-- que se descolgaron del balcón del ayuntamiento ante el asombro de los pequeños.

Una media hora más tarde, hicieron su entrada triunfal Melchor, Gaspar y Baltasar, que repartieron mil kilos de caramelos y se dirigieron a los niños desde el ayuntamiento para partir después al palacio de Mirabel. No hubo incidentes y el desfile se pudo ver por pantalla gigante.