La consejera de Igualdad y Empleo, Pilar Lucio, señaló ayer que los dos hermanos rumanos de 8 y 10 años que se fugaron el 26 de octubre del centro de acogida de menores San Juan Bautista, de Badajoz, aún no han vuelto a este centro. Lucio explicó en comisión parlamentaria que las gestiones realizadas para localizarlos resultaron infructuosas y que el único indicio sobre su paradero fue una conversación telefónica el día 29 de octubre con una persona que se presentó como primo del padre de los niños, quien dijo que habían encontrado a los menores en la calle, que estaban con sus padres "y no iban a volver".

Los niños fueron ingresados en el centro el 15 de octubre a raíz de un informe de la Guardia Civil de Talarrubias, tras fallecer una sobrina de los niños, que vivía también con ellos, y se detectase que su muerte podría estar relacionada con presuntos malos tratos en el hogar. La consejera señaló que la Guardia Civil detectó "abandono, falta de higiene y desamparo" de los dos niños, por lo que se tomó la decisión de ingresarlos en el centro.

Lucio realizó un pormenorizado relato de lo sucedido desde la fecha del internamiento, y comentó que los centros "son abiertos" y que los padres "no tenían orden de alejamiento". También indicó que la estructura familiar de estos niños es distinta a la española y que la niña, de 10 años, ejercía el papel de sustituta de la madre, con un concepto donde prima la unidad del grupo familiar.

En su réplica, la diputada del PP Cristina Herrera acusó a la Junta de haber actuado con "frivolidad" en esta cuestión. Herrera recordó que los dos menores no habían sido internados en el centro de acogida por voluntad de sus padres "sino porque se percibió una situación de riesgo para ellos".

La diputada popular mostró su "alarma" por que Pilar Lucio declarase que se trataba de una situación normal "el que dos niños de esa edad salieran a comprar chucherías y desapareciesen".