Como no podía ser de otra forma, la celebración, ayer, del Día Internacional de la Infancia estuvo indiscutiblemente protagonizada por los más pequeños. A lo largo de toda la jornada, las localidades extremeñas acogieron diversas actividades para recordar y promover el respeto a los derechos de los niños de la región.

A partir de este planteamiento, el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, recibió en Mérida a una veintena de menores acogidos o tutelados por la Administración regional, en representación de los más de 700 que actualmente están en esta situación. Pero más allá de esta visita, el dirigente extremeño se comprometió a encontrarse con estos niños y sus educadores una vez al mes, para estudiar cómo ayudarles cuando cumplan 18 años y deban abandonar el sistema de protección regional.

Según aseguró, el jefe del Ejecutivo extremeño pretende que a estas reuniones también acudan los empresarios de la región, "que son los que tienen la pasta, puntualizó. Además, hizo un llamamiento a las familias para que en verano u otras fechas, como las Navidades, acojan a niños residentes en centros de acogida, al igual que ya hacen con los menores saharauis.

También los niños tomaron la palabra en este encuentro. La encargada de transmitir sus inquietudes fue Jenifer Serradilla, estudiante de segundo de ESO acogida en el centro de menores de Caminomorisco, quien reclamó su derecho a ser reconocidos como "niños sin etiqueta". "Somos niños con problemas familiares, pero eso no nos hace peores", proclamó.

En la capital cacereña, los pequeños disfrutaron de diversas actividades organizadas por el Instituto Municipal de Asuntos Sociales y el Consejo Sectorial del Menor para recordar la internacional jornada. Así, las ludotecas organizaron varios talleres para informar y sensibilizar sobre la infancia en los países subdesarrollados. Además, los niños recibieron pegatinas y separadores de páginas y diseñaron un cartel en el que se dan a conocer sus derechos.

Otra iniciativa curiosa corrió a cargo del restaurante McDonald´s en Cáceres que, como el resto de establecimientos de esta cadena, donó la recaudación de las hamburguesas Big Mac que se sirvieron ayer a la Fundación Ronald McDonald´s. Esta organización construye y mantiene unas casas destinadas a acoger a los niños que reciben tratamiento médico de larga duración y sus familiares.

Igualmente, la ciudad de Badajoz fue escenario de múltiples actividades inspiradas en la misma celebración, pero centradas en el derecho a la identidad. A su clausura asistió el alcalde, Miguel Celdrán, que animó a los menores a hacer uso de sus derechos y obligaciones para que los mayores "estén orgullosos de ellos". En cuanto a la idea central de la jornada, el edil les invitó a reflexionar sobre "lo bonito que es conjugar los derechos propios con los de los demás".