Noelia Acosta, con 32 años, ya ha superado un cáncer de mama. Ahora afirma que está "completamente erradicado", aunque debe seguir con el tratamiento y las revisiones periódicas para toda la vida.

En el caso de esta joven, el diagnóstico fue rápido y sencillo: "me noté un bulto en el pecho, me hicieron una biopsia y se confirmó el cáncer, aunque ya lo sospechaba". Afirma que al principio lo pasó "muy mal, tan joven (31 años cuando se lo dijeron), casada y con dos hijos... porque durante el tratamiento, el nivel físico no está ni a la mitad", asegura.

Ella fue operada en octubre del 2008, "de una forma muy rápida, tras conocer el diagnóstico", lo que le hizo no perder el pecho. Y después, siguió unos meses con quimioterapia y radioterapia. "Mi consejo es que la gente no tenga miedo a ir al médico, que al principio se pasa mal, pero hay que ser valientes, porque como en mi caso, una detección precoz hace mucho".

Noelia afirma que tiene grabadas "tantas palabras y gestos de apoyo que sería imposible destacar alguno sin menospreciar a los otros". Ahora ve la vida de otra manera: "he aprendido a valorar las cosas más corrientes, como poder levantarme un día de la cama y sentir que me encuentro bien, tomar un café con una amiga o ir a por mis hijas al colegio. No nos paramos a pensar la suerte que tenemos cuando estamos sanos".

Ya está haciendo vida normal y espera poder reincorporarse pronto a su trabajo de auxiliar administrativo.