Como cada invierno, los cielos extremeños se llenan en estos días con el vuelo pausado de las bandadas de grullas que, procedentes del norte de Europa, recorren más de 2.500 kilómetros en busca de temperaturas más suaves.

En torno a 70.000 ejemplares --el 80% del total que llega a Europa occidental-- buscarán acomodo en 40 localidades, ocupando las más de 9.000 hectáreas de la Red de Reservas Biológicas para Grullas impulsada por Adenex hace ahora 14 años con la colaboración de diversas asociaciones ecologistas de la Unión Europea.

El denominado Proyecto Grulla , busca, según los conservacionistas extremeños, no sólo mantener las zonas naturales de invernada, sino continuar con los proyectos de investigación sobre estas aves, y dotar a las reservas biológicas de instalaciones como la Estación Ornitológica de Puerto Mejoral.

Además del placer que supone la observación de miles de grullas desplazándose desde los lugares donde consiguen el alimento hasta las zonas elegidas para descansar, Adenex pretende aprovechar la fortuna que supone que Extremadura sea la preferida por esta especie para profundizar en el conocimiento de sus hábitos.

Así, se desarrollan trabajos encaminados a saber cuántas aves acuden cada año y poder evaluar si la población invernante crece o va en retroceso, y también al conocimiento de su procedencia, leyendo las anillas, y a las relaciones entre estas aves y el territorio, con el fin de mejorar los planes de conservación.

PUNTOS DE RECIBIMIENTO

No menos importante es la difusión social del espectáculo que regalan las grullas todos los inviernos, con el fin de concienciar sobre la necesidad de mejorar la relación entre estas aves y el hombre.

Para ello, Adenex ha puesto en marcha puntos de recibimiento donde se pueden observar los desplazamientos de las grullas, situados en Puerto Mejoral (Benquerencia de la Serena), embalse de los Canchales (La Garrovilla), Peraleda de la Mata, embalse del Cubillar (Logrosán), y embalse de Arroyo Conejo (Llerena).