Los cuatro presos de Badajoz forman parte de los 155 islamistas en régimen de aislamiento, según el diario ABC, y 23 de ellos acusados de estar relacionados con el 11-M. Según el periódico madrileño, siguen unas pautas de comportamiento como la exigencia de la presencia de un emir o la renuncia a salir al patio pasando el día entero en la celda. Asimismo, no se organizan gracias a la política de dispersión impuesta desde el Gobierno.

Tampoco reciben visitas, pero si alguien acude a verles sólo hablan de asuntos familiares y del pago puntual a los abogados encargados de la defensa. Asimismo, respetan las normas religiosas como el Ramadán, pero, algunos, son especialmente fanáticos y renuncian a comer carne (además de la cerdo) porque desconocen cómo se han sacrificado los animales.