La renovación de la junta directiva de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Extremadura (Cavex) sigue envuelta en un proceloso proceso en el que las dos partes del conflicto (Cáceres, Badajoz y Mérida por un lado, y Almendralejo y Villafranca de los Barros, por otro) no legitiman las acciones que la otra lleva a cabo.

Hace un mes, en Villafranca de los Barros los representantes vecinales se reunían en asamblea ordinaria para renovar cargos. De allí, y tras muchas discusiones, salió aparentemente como presidente Manuel Pinilla, de Villafranca. Una elección que los dirigentes de Cáceres y Badajoz no reconocen pues consideran que se realizó basándose en numerosas irregularidades, motivo por el que no quisieron ratificar la votación de la asamblea.

Pinilla, que cuenta con el apoyo de Almendralejo y Villafranca, sin embargo, siguió con el proceso normal que siguen las nuevas juntas directivas y organizó un intercambio de poderes al que no asistió el anterior presidente vecinal. Según Pinilla, por amenazas del otro grupo.

El último episodio se produjo el lunes cuando el grupo de asociaciones de Cáceres, Badajoz y Mérida convocaron una nueva asamblea a la que no asistieron Villafranca y Almendralejo por considerar que ese grupo no puede convocarla. De allí, salió un nuevo presidente, Raimundo Medina, al que tampoco reconocen los no asistentes.

De esta manera, y a falta de que se pongan de acuerdo entre asambleas que se no legitiman mutuamente, hay sobre la mesa un acto de conciliación solicitado por Villafranca para encontrar un solución que impide, por el momento, que la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Extremadura (Cavex) empiece una nueva etapa al frente del movimiento vecinal.