Las pruebas de funcionamiento de las nuevas torres de refrigeración de la Central Nuclear de Almaraz (CNA) se llevarán a cabo en mayo y la nueva infraestructura se pondrá en marcha a finales de junio o en julio.

Los plazos dados a conocer hoy por el director de CNA, José María Bernaldo de Quirós, se ajustan prácticamente a los estipulados en un principio, si bien se arrastra un pequeño retraso a la hora de acometer las primeras pruebas de las torres.

Se trata de una obra civil de gran envergadura, ya que implica la construcción de una veintena de torres de unos quince metros de altura cuyo coste global se sitúa en torno a los 25 millones de euros.

Las nuevas torres servirán para bajar la temperatura de las aguas del embalse de Arrocampo, que es el que refrigera a la planta nuclear.

Ese descenso de la temperatura se cifrará en dos o tres grados y será algo mayor, de unos cuatro grados, en verano.

Las obras, que se desarrollan en Serrejón, supone un gran movimiento de tierra vegetal que ha sido utilizada para la plantación de 4.000 encinas.

Por otra parte, Bernaldo de Quirós informa de que la central almaraceña llevará a cabo algunas modificaciones entre 2012 y 2015 que están relacionadas con las nuevas exigencias europeas.

Habrá modificaciones en los venteos filtrados y la central se equipará con equipos portátiles, para lo que adquirirá este mismo año equipos diésel transportables.

Además, diseñará, como el resto de las instalaciones nucleares españolas, un grupo de apoyo externo en caso de emergencia.

Además, en 2012, se reformará la parte administrativa que tiene que ver con el procedimiento de respuesta ante accidentes severos y se ampliará esa respuesta ante accidentes que provoquen daños extensos.