"Más que de ingeniería somos una empresa del conocimiento. Lo que hacemos es aplicar nuestro conocimiento a distintas actividades, que van desde la exportación a la participación en proyectos como socios tecnológicos pasando por el asesoramiento técnico o la redacción de proyectos". Así es como Javier Carbonell define a Ogesa, la empresa que creó hace dos décadas y de la que ahora es presidente ejecutivo y director gerente.

Después de participar en algunos de los principales proyectos que se han desarrollado en Extremadura durante los últimos veinte años en ámbitos como el agroalimentario o el de las energías renovables, en estos momentos Ogesa está inmersa en una clara apuesta por su internacionalización. Empezaron desarrollando proyectos en Portugal, y ahora lo hacen también en Angola e Israel. Turquía, Italia o Perú están entre los próximos objetivos de esta empresa con sede en Badajoz. "Estaremos allí donde haya oportunidad, encontremos buen suelo para hacer fertilizar la semilla, existan partners locales emprendedores y se valore nuestro conocimiento", indica Carbonell.

Ogesa es, según recoge su imagen corporativa, una empresa de "Arquitectura, Ingeniería & Consulting", pero Carbonell matiza enseguida que "a nosotros nos gusta identificarnos más como una empresa claramente del conocimiento. Hace 20 años empezamos con la ingeniería porque Extremadura estaba como estaba y aquí había pocos proyectos industriales. Hicimos aumentar el valor añadido de estos proyectos creando el departamento de arquitectura y luego hace ocho años pusimos en marcha el de energía". Más tarde vinieron otros como los de medioambiente, comunicación o I+D+i, así hasta llegar a los catorce en los que se divide su organigrama actualmente.

Sobre la expansión internacional que han emprendido, Carbonell explica que Ogesa trata de llevar a otros países "el know-how " adquirido durante sus veinte años de experiencia. Eso sí, "en vez de llevarlo a los grupos empresariales que están ya allí, estamos haciéndolo a través de nuestros propios grupos, en los que entramos como socios tecnológicos", aclara. El fundador de Ogesa da aun otra razón más para salir fuera: "En España vas a un concurso y acuden 200 o 300 ingenierías o lo hacen a precios que no son compatibles con la calidad. Este tipo de mercados son más difíciles pero el buen trabajo se valora más".

En Angola la actividad de Ogesa comenzó hace dos años, "tras la propuesta de un socio, cliente y amigo". La recopilación previa de diferente información sobre las características agronómicas, edafológicas y climatológicas de esta excolonia portuguesa les confirmó que en este país podía existir una buena oportunidad de negocio. Su primera iniciativa fue la construcción de un complejo avícola y ahora tienen previsto desarrollar diferentes actividades agropecuarias, destinadas fundamentalmente a la producción de harina de maíz y mandioca, materia prima para piensos, judías y hortícolas.

"Trabajar en Angola no es que sea complicado, es complicadísimo. Es un país apasionante, pero que viene de una guerra de treinta años y en el que está todo por hacer. Ahí no vale ir solo con el libro de la universidad debajo de brazo, es un concepto de ingeniería totalmente distinto del europeo", dice Carbonell

En cuanto a Israel, Ogesa está posicionándose en los sectores de las renovables y el agua (fitodepuración). Al mercado israelí se llegó a través de la firma CTG Holding, tras coincidir ambas empresas en una muestra comercial. "Conectamos, vimos que nuestros proyectos eran

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