La extremeña Olga Tostado será la voz de los jóvenes en el Consejo de la Juventud de España en todas las cuestiones relacionadas con el feminismo, el colectivo LGTBI+ y la discapacidad. La actual vocal de Igualdad del Consejo de la Juventud de Extremadura (CJEx) fue designada como integrante de la nueva Comisión Permanente Estatal, donde confía en revalidar la concepción que este órgano tiene del consejo extremeño como un referente feminista.

<b>--Feminismos, LGTBI y discapacidad. ¿No es mucho para una única área de gestión?</b>

--En realidad, los espacios están acotados y siempre hemos trabajados estas áreas juntas. Antes se denominaba, Mujer, Inmigración, Diversidad Funcional, Juventud Rural… Pero ahora hemos decidido no hablar de mujer sino de feminismos, explicando lo que es y lo que persigue, visibilizarlo. Es un momento clave para conseguir muchas reivindicaciones por las que nuestras compañeras llevan años peleando y parece que nos han abierto camino aunque quede tanto por hacer. Con el tema LGTBI entendemos que estamos también en un momento históricamente muy importante.

<b>--Va a ser la voz de los jóvenes extremeños en el Consejo de la Juventud de España.

</b>--El Consejo de la Juventud de España valora mucho al consejo de Extremadura por su trayectoria histórica. Somos un referente feminista y tiene que ver mucho con el liderazgo femenino y feminista que hemos tenido estos dos últimos años con Elena (Ruiz) al frente. Las acciones que hemos hecho por el feminismo en la región han tenido calado en el ámbito estatal y ha existido consenso para que nosotras ocupáramos este puesto.

<b>--¿Esta es la revolución feminista?</b>--Yo creo que la revolución feminista se inició hace mucho tiempo y que esa lucha es la que ha permitido que hoy estemos ante un momento histórico. De momento es más una revolución desde el activismo, pero queda que sea real por parte de quienes nos gobiernan y para eso se requiere que se invierta dinero y no se hace. El pacto contra la violencia de género ha visto disminuido su presupuesto y los recursos humanos efectivos. Los políticos aún no se creen del todo el feminismo.

--¿Y los jóvenes se lo creen? ¿Son feministas?

--Hay aún círculos con mucho machismo, pero la juventud puede dar lecciones a los políticos. Otra cosa es que las prácticas sean feministas, porque siguen existiendo muchas prácticas machistas que hay que cambiar.

<b>--¿Cuáles son las principales inquietudes de los más jóvenes?

</b>--El paro y el acceso a la vivienda. Y además, aunque en las encuestas no aparece, la violencia de género está entre las preocupaciones de los jóvenes. Yo percibo que existe preocupación en el movimiento asociativo juvenil, tanto por la violencia de género como por la desigualdad. Pero hay un problema también, falta movimiento asociativo porque falta cultura de participación en los jóvenes. Es algo que debería inculcarse desde la enseñanza y no se hace y así tenemos a muchos jóvenes que no saben cómo hacer las reclamaciones siguiendo un proceso estratégico. Nadie nos educa en eso y, más bien al contrario, las asignaturas de ética, filosofía y educación para la ciudadanía han ido teniendo cada vez menos peso hasta ahora y debería cambiar.

<b>--¿Cómo hay que hacer frente a esos problemas? ¿Por dónde hay que empezar para atender las necesidades de los jóvenes?

</b>--Por conseguir que no se vayan. El problema es que nos estamos formando aquí, con las becas de aquí, pero no se está produciendo un retorno, porque una vez que los jóvenes se han formado, se van a otros sitios a trabajar. Habría que empezar por escuchar las necesidades de las personas jóvenes, pero de verdad, no con una reunión cada tres meses. Y, sobre todo, hay que sentarse a hablar con los jóvenes cuando se vayan a hacer políticas de empleo con enfoque juvenil.

<b>--¿Las políticas que necesitan los jóvenes no son entonces las que se diseñan ahora para ellos?

</b>--Se hacen políticas para los jóvenes, pero sin ellos. En el plan de juventud, por ejemplo, cuando lo hacen se convoca a algunos jóvenes y se les pide su opinión, pero sobre unos temas ya preestablecidos. Se les deja participar, pero no del todo, y encima no se diseñan medidas que recojan el impacto de las políticas de juventud que proponen.

--¿En qué temas hay que poner el foco en el colectivo LGTBI?

--Nuestra máxima preocupación es que en el sistema educativo hay niños y niñas que se van cada día a casa sintiéndose culpables por no cumplir las normas de género o por ser LGBTI. Tiene que dejar de haber discriminaciones a las chicas y chicos que son lesbianas, gays, transexuales o bisexuales, o hacia los chicos que tienen actitudes que la sociedad dice que son femeninas, o las chicas que tienen actitudes que la sociedad dice que son masculinas. A los niños se les dice mariquita, y de ahí se pasa luego a maricón. Y a las chicas se les dice marimacho y luego se pasa a tortillera o bollera. Hay cada día insultos en las aulas que pasan desapercibidos y eso nos preocupa. Porque hay una ley muy bonita y ambiciosa que se aprobó en Extremadura en 2015, por unanimidad, pero no está siendo efectiva. El observatorio de Extremadura lleva mucho tiempo funcionando y aún no se da en los institutos formación por diversidad sexual de forma obligada. Ahora es opcional y el instituto tiene la última palabra. El sistema educativo tiene que cambiar. Y cuando cambie, todo lo demás cambiará. Si no se trabaja la diversidad con aquellos que en el futuro pueden ser profesores, no vamos por buen camino.

<b>--Y en cuanto a la discapacidad, ¿cuales son sus retos en el Consejo de la Juventud de España?

</b>--Quiero reunirme con asociaciones y familias para conocer bien las necesidades. Pero es cierto que, sobre todo, hay que hacer frente al desconocimiento acerca de las discapacidades. La discapacidad física se tiene que enfrentar aún a no encontrarse con espacios adaptados por los que se pueda mover. Pero hay también otra discapacidad, la psíquica, para la que la sociedad no está preparada y las dificultades son muchas. Todos estamos aún a años luz de ser el altavoz de sus reivindicaciones.