Al alcalde de Villanueva de la Serena, Miguel Ángel Gallardo, no se le ha ocurrido mejor cosa que intentar matar al mensajero y de paso amedrentar a los periodistas para defenderse de los expedientes del Seprona, de la Consejería de Medio Ambiente, de la Confederación del Guadiana y de la instrucción que lleva a cabo el Juzgado, a instancias de la Fiscalía, por la construcción en suelo protegido de una casa en una parcela a nombre de su mujer. Esta mañana, en una rueda de prensa convocada al efecto, ha dicho que no tenía nada que ver con el chalet de su mujer por la sencilla e incuestionable razón de que su matrimonio es en régimen de separación de bienes, brillante argumento que, por lo que se ve, espera que sea perfectamente entendido por sus votantes. Y ha puesto un ejemplo para ilustrar esa idea: "Es como si el director de El Periódico Extremadura (es decir, el que suscribe), tiene que dimitir de su puesto porque su mujer, que es la que ha firmado las informaciones en el periódico Hoy, condujera bebida". Con independencia de que yo sé que mi mujer no conduce bebida (aunque, eso sí, sosiéguese Gallardo, lo sé porque mi matrimonio es en régimen de gananciales, si tuviera separación de bienes estoy seguro de que, como le pasa al señor alcalde con el chalet de su mujer, sería incapaz de averiguarlo), con independencia del ejemplo, digo, no puedo interpretar esas palabras, tan ajenas a la casita de la esposa del alcalde, que como un aviso para navegantes. Para que no se llame a engaño, señor Gallardo, voy a decirle que si cree que sus amenazas van a conseguir su propósito, olvídese porque se va a estrellar. El periódico que dirijo no ha tenido oportunidad de tener la información de que ha dispuesto nuestro colega. Y mal que me pesa, porque no le quepa la menor duda de que si la hubiéramos tenido habría ido a la imprenta. Hemos publicado los datos de que hemos dispuesto porque el suyo del chalet es un asunto que interesa a la sociedad. Con todo, lo más sangrante de su desvarío no son las alusiones a los periodistas --al fin y al cabo, qué son esas alusiones comparadas con las que sufre, puestos a poner ejemplos, Roberto Saviano, el autor de Gomorra, amenazado de muerte por la mafia--, sino eso último que dice que con estas informaciones se está practicando "la caza del socialista". ¿Usted se ha parado a reflexionar lo que podrán pensar de esa frase los millones de socialistas honrados y que no tienen ninguna mujer con casita en terreno protegido? Señor Gallardo, ¿no estará usted malversando el calificativo socialista?*Antonio Tinoco es el director de El Periódico Extremadura