La puesta en marcha de la planta azucarera de Al-Khaleej Sugar en Mérida puede suponer una buena oportunidad para el campo. La compañía dubaití quiere abastecer tres cuartas partes de la producción de su factoría con remolacha extremeña, lo que supondría la vuelta de este cultivo después de que prácticamente desapareciera con los cupos a la producción de azúcar que la Unión Europea (UE) impuso a los estados miembros hace décadas.

El protagonismo de la remolacha en la región fue tal que incluso llegó a existir una planta azucarera en La Garrovilla, también en la comarca de Mérida. ¿Qué ha cambiado entonces? La UE va a levantar esos cupos a la producción en el mes de octubre y la producción de azúcar volverá a ser atractiva por la reducción de los impuestos.

Al margen de esta cuestión, el presidente de la organización agraria Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, explica que la vuelta al cultivo de la remolacha puede «aportar mucho» al campo extremeño, especialmente ante un proyecto de esta embergadura, que necesitaría la producción de unas 15.000 hectáreas cada año. «Al final, se hace evidente que en Extremadura los grandes proyectos siguen girando en torno al sector primario», señala Metidieri.

Con este volumen de producción, desde Apag consideran que el cultivo de remolacha vendría a paliar los problemas de precios que presentan el maíz o el arroz, cuya producción disminuiría, y se podría generar un subproducto para la alimentación de la cabaña ganadera «muy interesante para años malos como este de sequía».

Metidieri recuerda además que la remolacha es un cultivo de rotación (se siembra cada tres años), lo que no impediría que conviviera en los mismos terrenos con otros como el tomate, la beza o el brócoli.