Si hace 15 años el problema era el botellón, hoy lo es el precoz y excesivo consumo de alcohol entre menores. Es la droga preferida por los jóvenes extremeños y la prueban por primera vez antes de los 14 años, pero solo el 21% de los padres saben que sus hijos beben los fines de semana. Unos datos «alarmantes» a los que la región pretende poner coto con la nueva Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores, que ayer superó su primer trámite parlamentario en la Asamblea. Ni PP, ni Podemos ni Ciudadanos (Cs) presentaron enmiendas totales a la norma, lo que no impidió que la criticaran por su carácter «simplista» y su visión de «represión-sanción».

La consejera de Cultura e Igualdad, Leire Iglesias, fue la encargada defender el texto, para el que pidió «el máximo grado de acuerdo». Recordó que esta ley es fruto de un recorrido iniciado hace 15 años, cuando Extremadura fue pionera en la forma de hacer frente al botellón con la Ley de Convivencia y Ocio. Sin embargo, ahora el escenario es diferente, pues el problema es el «precoz y excesivo» consumo de alcohol entre menores, cada vez iniciado a una edad más temprana: 13,8 años de media.

Puesto que las sanciones se han mostrado ineficaces, Iglesias abogó por la prevención, la educación y la sensibilización, además de alternativas de ocio «activo y creativo». Así, esta nueva ley incluye entre sus novedades la ampliación de horarios en los que se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas, cambios en el acceso a los locales con actuaciones en directo o la sustitución de las multas por trabajos en beneficio de la comunidad para los chicos que consuman alcohol.

Asimismo, se contempla la creación del Plan Autonómico de Prevención del Consumo de Alcohol por Menores y se fijarán sanciones para el adulto que promueva que los menores beban. Para todo ello es necesaria la colaboración de otras administraciones como los ayuntamientos, pues serán las policías locales las encargadas de realizar las inspecciones y controles.

A pesar de que ninguno de los grupos de la oposición presentó enmiendas totales para pedir la devolución del texto, todos coincidieron al criticar que esta nueva ley no solo llega tarde, si no que viene a poner de manifiesto el fracaso de todas las anteriores.

Para el PP se trata de «una ley de generalidades, sin soluciones ni compromisos concretos». «Algo se estará haciendo mal cuando las cifras de consumo de alcohol entre los jóvenes son inasumibles», dijo el diputado Luis Franciso Sánchez, que alertó además que a la bebida se suman tabaco, cannabis y cocaína. Así, entiende que la óptica con la que se aborda el problema «no es la más acertada», pues echa en falta más prevención y critica que «todo se fíe a la sanción con un fuerte afán recaudatorio», porque 35 de los 49 artículos del texto son referentes a ellas.

La diputada de Podemos Jara Romero también se mostró crítica con la visión «simplista» de la Junta al entender que el consumo de alcohol es un problema exclusivo de los menores y por ello abogó por una ley integral de juventud en la que se aborden también otras cuestiones como el desempleo. Romero señaló también que el texto no refleja cómo se ayudará a los colectivos que trabajan con los chicos para prevenir el consumo y lamentó la «ausencia total» de la perspectiva de género.

Por último, la diputada de Cs, Victoria Domínguez, criticó el retraso con el que la ley llega a la Asamblea pese a la preocupación manifestada por Fernández Vara. Al igual que el PP y Podemos, señaló que a partir de ahora su grupo trabajará para mejorar el texto con enmiendas parciales.