Aunque los desfiles de Carnaval no generan en Cáceres masivas concentraciones como sucede en Semana Santa o en la cabalgata de Reyes, lo cierto es que numerosos cacereños se echaron ayer a la calle pese al frío y al poco apego que existe en la ciudad hacia esta fiesta. Mucho tuvieron sin duda que ver los buenos propósitos del concejal Lázaro García y de la federación del Carnaval, que volvieron a volcarse en un evento que el ayuntamiento quiere seguir potenciando.

La nota negativa fue el accidente fortuito que se produjo a la altura de la Cruz de los Caídos, cuando una mujer que formaba parte de la comitiva se enganchó un pie en el tren turístico que también participaba en el desfile y en el que viajaban miembros de la asociación Aspainca. García explicó que el vehículo circulaba a poca velocidad y que todo apuntaba a que la mujer podría haber sufrido un esguince. El desfile se paralizó unos minutos hasta que una ambulancia trasladó a la accidentada al hospital. La policía local, las asociaciones DYA y ARA y el propio concejal la auxiliaron.

Por lo demás, el desfile transcurrió con normalidad. Hubo fuegos artificiales, una carroza que defendía, como no, la capitalidad europea de Cáceres y hasta dos burros. Destacaron originales grupos, como los cocineros Arapahoes. Los había con trabajados trajes: Universo del Carnaval, Sabor Mangurrino o Alezeia. No faltaron alusiones a la película Buscando a Nemo del grupo Scout Adarve o a las costumbres mexicanas de la rítmica Asociación Cultural La Bellota.