La tremenda tromba de agua que, de manera intermitente, sobre Badajoz a lo largo de toda la tarde del Jueves Santo impidió que saliesen las dos procesiones previstas: la del Santo Entierro desde la iglesia de San Agustín y la conocida como la procesión del Rosario, de la Virgen de la Soledad, patrona de Badajoz. Sin embargo, los pacenses pudieron acompañar a su patrona en tan triste jornada, pues la imagen permaneció durante una hora y media a la entrada de su capilla, levantada por los costaleros, que la subían y bajaban.

El hermano mayor de la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Santiago Algaba, se mostraba ayer satisfecho por la respuesta de los fieles de la Soledad, que se mantuvieron a su lado. La hermandad retrasó media hora la salida y ante el mal tiempo, decidió acortar el recorrido, con subida por la calle Vicente Barrantes y bajada por la calle La Sal. Pero ni eso fue posible. La patrona de luto permaneció en la placita próxima a su capilla, hasta que la lluvia inminente obligó a protegerla en el interior, con la puerta abierta, y se pudo rezar el rosario.

Tampoco el Santo Entierro y Nuestra Señora de las Lágrimas pudieron procesionar, aunque lo hicieron brevemente en el interior de su iglesia.