El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Avila decretó ayer el ingreso en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Brieva (Avila) para la pareja que el lunes se llevó por la fuerza a sus tres hijos (dos niños de 7 y 5 años y una niña de 10 meses) del Centro de Acogida de Menores Julián Murillo, de Cáceres, donde estaban ingresados hacía dos meses.

Según una información que recoge Europa Press, la pareja formada por Julio Prieto Batuecas, de 41 años y natural de Teruel, y Sonia Batuecas Julián, de 29 y natural de Barakaldo, prestaron declaración ante la jueza durante más de tres horas. La magistrada decretó su ingreso en la cárcel, a la espera de lo que determine el Juzgado número 2 de Cáceres, que instruye el caso.

Tal como ha venido informando este diario, los padres se llevaron a los niños tras herir al vigilante de seguridad del Julián Murillo. Posteriormente iniciaron un periplo que los llevó hasta Avila, donde fueron detenidos el miércoles. La pareja, que había pasado la noche en los calabozos de la comisaría abulense, llegó por separado a los juzgados; él, camuflado bajo los cristales tintados del vehículo policial, ella, en otro coche de la policía y con signos evidentes de tristeza y preocupación.

EL REGRESO La otra cara de esta historia, que ha tenido una importante repercusión nacional, se situaba ayer en el Julián Murillo, centro al que llegaron los tres niños poco después de las cinco de la tarde. Como ya informó EL PERIODICO EXTREMADURA, los pequeños, nada más ser encontrados, pasaron a ser atendidos por los servicios de Infancia de la Comunidad de Castilla y León, que decidieron su ingreso en un centro de acogida de Avila, que gestiona la ONG Mensajeros de la Paz.

En torno a las nueve de la mañana de ayer, dos monitoras del Julián Murillo acudieron a recoger a los niños en sendos coches oficiales de la Consejería de Bienestar Social de la Junta. En la capital abulense, se dirigieron a la comisaría y allí fueron atendidas por dos agentes de la policía judicial. Las trabajadoras se reunieron con la jueza, que comprobó los documentos de tutela, e inmediatamente se dio permiso para el traslado.

Los niños se encontraban en este centro, situado en un chalet de Avila. Estaban tranquilos. Los dos mayores veían la televisión mientras los cuidadores terminaban de dar de comer a la niña. El director del Julián Murillo, Santos Benítez, comentó que cuando la policía encontró a los niños, estaban desnutridos y mal vestidos. "Nada más ver a las cuidadoras preguntaron si volvían a Cáceres y cuándo empezaba el colegio".

Benítez dijo que los niños sólo presentan signos de catarro, pero que se encuentran en perfecto estado. Hoy pasarán la visita rutinaria del personal médico.

REUNIONES Según pudo confirmar ayer este diario, la Junta de Extremadura no descarta formular al juzgado una solicitud de supresión total de visitas de los padres tras lo sucedido. Por otro lado, en los próximos días el gerente de la empresa de seguridad Secoex mantendrá una reunión con los responsables del centro para analizar el caso. En principio, las medidas de vigilancia no se aumentarán.

El director general de Infancia y Familia, Javier Alonso de la Torre, acudió ayer al centro para interesarse por el estado de los pequeños. El vigilante de seguridad herido, J. M. A., ya se ha incorporado a su trabajo.