El Tribunal Supremo ha condenado al Estado a pagar una pensión vitalicia de 1.800 euros mensuales a Iván Iglesias Jiménez, un joven de Langreo, por un accidente que sufrió mientras hacía el servicio militar en Extremadura.

Todo ocurrió en 1994 durante unas maniobras con fuego real que se desarrollaban en un campo de tiro de Zaragoza. Allí, y en ausencia del tirador de granadas, el joven recibió de su teniente la orden de disparar las granadas. Al responder que no sabía manejar el arma, otro compañero ocupó su lugar mientras Iván se encargó del cargador tras una breve explicación del teniente.

Al realizar su primer disparo recibió el retroceso en su mano y brazo izquierdo, así como un fogonazo que le provocó una pérdida de la movilidad de casi el 100%, con el agravante de que es zurdo. Entonces el Ejército le indemnizó con 42.000 euros, y si la sentencia se aplica desde el día del accidente deberá cobrar casi 198.000 euros por los atrasos.