El alarde que tiene el PP extremeño de escorarse a la izquierda de forma intencionada cada vez que puede y mostrarse igual de progresista que el PSOE, trae de cabeza a más de uno. ¿Con quién peleamos? Pareciera que José Antonio Monago y su gente quisieran crear marca propia, no ser una delegación de Génova en Extremadura, y asemejarse al PP vasco o catalán, donde se lleva un discurso distinto del de Madrid a fin de poder dar respuesta a un espectro político bastante más amplio.

Así lo dicen sin tapujos varios de sus dirigentes cuando se les pregunta por determinados gestos o comportamientos, que estando en el centro se tiene a la derecha y se pesca buena parte de la izquierda. La dependencia que se tiene de Izquierda Unida, a quien deben contentar sea de una manera u otra dado su minoría en el Parlamento regional, parece ser excusa suficiente para que Rajoy y Cospedal no se metan aquí por aquello de que gobernar en Extremadura bien vale una misa, aunque sea pagana.

Hablar abiertamente del derecho de la mujer a decidir sobre su propia maternidad, como hizo el presidente extremeño las pasadas navidades, en plena explosión contra la reforma de la Ley del aborto por parte de Gallardón , tiene su aquel, pero apadrinar como se ha hecho esta semana la fiesta de los Palomos en Badajoz, un evento que homenajea la diversidad sexual existente en nuestra región, donde se muestra con normalidad que cada uno puede tener la opción sexual que le dé la gana y se le debe respetar, aleja al PP de los cánones tradicionales que ha venido defendiendo siempre y permite que muchos votantes progresistas hasta se sorprendan al comprobar que la derecha de ahora ya no es la 'derechona' de antes.

La fundación Triángulo, que agrupa a distintos colectivos de gais y lesbianas de Extremadura y está detrás de la fiesta de Los Palomos, no ha tenido reparo en hacerse fotos y aparecer junto a Monago y el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso , por mucho que en el seno del PSOE se hagan cruces y les tilden de todo. Dentro de la organización están más que contentos, no sólo por el apoyo a la fiesta en sí, sino por lo que señalan que vendrá detrás para la visibilidad del colectivo. Y eso al PP le viene a las mil maravillas, no sólo porque logran su propósito de aparecer como una fuerza nada conservadora, sino porque encima dejan al enemigo sin discurso y calladito. Estrategia política, se mire como se mire.

"No son iguales, por mucho que quieran nunca serán iguales a nosotros" dice Fernández Vara una y otra vez a los suyos sacando a colación los gastos que antes realizaba el PSOE en materia social, en contraposición a los recortes que hace ahora el PP. Pero Monago sigue empeñado en lo contrario, en que no se gasta hasta que no se pueda y eso no es ideología sino sentido común, y en que sus actuaciones en todos los órdenes no responden a una doctrina de derechas o de izquierdas, sino que tratan de dar respuesta a las necesidades de la gente.

La frase esa de que "no hay ideologías sino ideas" que lanzó en su discurso de investidura hace tres años y que parece presidir todos los órdenes de su gobierno, se ha impreso en la cabeza de la militancia del PP, la cual ve como, por fin, uno de los suyos parece haber dado con la tecla de Extremadura y no sólo gana elecciones sino, lo más importante, mantiene un gobierno en minoría en una Cámara donde las fuerzas de izquierda resultan mayoría.

Es evidente que el PP va a vender la marca 'Monago' todo lo que pueda. En los meses que restan hasta las autonómicas de mayo del año que viene se irá comprobando cómo la campaña que se avecina se va a hacer en clave presidencialista y a dos caras: Monago frente a Vara o lo que es lo mismo, el que está frente al que estaba. Con un PP nacional en retroceso, no parece lógico situarse en la misma cuadrilla que Rajoy, es mejor desarrollar la batalla aquí y llevarla por cauces regionales.

Y es que, como dice algún dirigente del partido en Badajoz, si por una vez en 28 años el PP tiene un líder que ha sido capaz de ganarle a los socialistas y encima va a llegar vivo al final de la legislatura, habrá que aprovecharlo porque ya ha dicho que es la última.