"Sin memoria un país no puede seguir hacia adelante". Esta reflexión hace Marina Caba Rall (Madrid, 1964) cuando habla de su primer libro. Con título revelador, Esperanza (2015, Klaus Wagenwach), la cineasta e historiadora española afincada en Alemania desde los diez años pretende abrazar el pasado y el presente de España en una de las etapas más dolorosas para el país, las consecuencias de la Guerra Civil. Y lo hace desde un punto de vista ligeramente autobiográfico. Su abuelo de Arroyo de la Luz fue arrestado "bajo las órdenes de Franco" y, aunque no fue condenado a muerte, pasó varios años en la cárcel de Cáceres. Precisamente es este enlace que mantiene con la región el causante de que su novela gire en torno a la capital cacereña y su ciudad de adopción, Berlín.

La trama relaciona tres personajes. La protagonista, que da nombre a la novela, es una emigrante española en Berlín. Se instala, conoce a un alemán, forma una familia y, cuando está a punto de jubilarse, "reaparece el hijo del que nunca habló y el personaje de su tío Ramón, un republicano ejecutado en los años 50".

"Creo que es un libro importante para que no se olvide la historia", asevera la autora de la novela, de momento solo disponible en librerías alemanas. Asegura que la palabra homenaje le queda grande, pero el objetivo pasa por rendir tributo a las familias de represaliados. En ese sentido, afirma que "un país no puede negar su pasado" y manifiesta que "para que las heridas cicatricen de verdad hay que abrirlas, para una sociedad es muy importante enfrentarse al pasado, por traumático que sea".

Sobre el tabú que aún entraña para España la Guerra Civil añade que "se trata más de un problema institucional que ciudadano, hay mucha gente que sigue contando historias, la historia oral ha seguido viva". En ese mismo aspecto, señala que "no es una casualidad que los nietos saquen ahora el tema, es un proceso normal de superación de traumas, la nueva generación tiene más distancia y es más crítica".

Un guion que no cuajó

Hija y nieta de escritores, la historiadora comenzó dando clases de historia y filosofía en español a personas que querían acceder al bachiller por correspondencia y actualmente trabaja para la televisión alemana en el extranjero. Curiosamente, la obra que presenta con carátula de novela era un guion para una película al que no logró dar salida. "Encontré financiación en Alemania, pero en España no fue posible", apostilla. Fue cuando decidió darle forma del relato que publica la editorial dirigida por Susanne Schüssler. A pesar de sus intentos, no pudo rebelarse al tinte literario de su sangre y ahora está "feliz" con el resultado. Al igual que su retoño literario, Caba Rall mantiene la esperanza de que llegue un día en el que se pueda abordar la memoria histórica "sin ocultar las cosas, sin histerismo y con más espacio en las escuelas que dos horas de clase".