El portavoz de Juventud del grupo parlamentario popular en la Asamblea de Extremadura y presidente regional de Nuevas Generaciones (NNGG), Juan Parejo, destacó ayer la necesidad de reformar la Ley del Menor para evitar casos como los ocurridos en las últimas semanas en diversos puntos del país. Lo hizo en la clausura de la escuela de verano que NNGG ha realizado este fin de semana en la localidad pacense de Don Benito.

Parejo aludió en su intervención a la necesidad de "ser valientes y sinceros" y hacer una "profunda reflexión" sobre lo que está ocurriendo en nuestro país, "porque lo cierto es que ya no se trata de casos aislados".

Para el portavoz popular de los jóvenes extremeños, según él mismo matizó, "no se trata de criminalizar a todos los jóvenes y menores, se trata de potenciar aquellas cosas y conductas buenas, y de corregir y reeducar aquellas cuestiones y a aquellas personas que rompan el clima de convivencia y que atenten contra la integridad y los derechos fundamentales de los demás". Por ello, el presidente de NNGG considera necesario reformar la Ley del Menor, "precisamente para proteger más y mejor a los menores, para dotarlos de mayor seguridad jurídica".

OTRAS MEDIDAS La reforma de la Ley del Menor es la primera solución que para superar la actual crisis de valores ha aportado el presidente de NNGG, para el que, según añadió, el complemento ideal a la reforma por la que aboga sería implantar en la región la figura tan demandada del Defensor del Menor, "tal y como se aprobó en el Parlamento extremeño hace años y que el PSOE no ha sido capaz de poner marcha", se lamentó.

Apostó también por abordar una "reforma educativa profunda" en España, que cuente "con el aval, el respaldo y el consenso de los dos grandes partidos políticos", dijo. Además, consideró que "no sirve de nada que desde el PSOE traten de vender que los actuales problemas se solucionan solo con una asignatura adoctrinante que no goza del consenso y la aprobación de todos los partidos".

Para Parejo es también "vital y crucial" el hecho de "implicar más a las familias, pues cada vez los horarios son más agotadores, la comunicación padres e hijos no funciona o no existe diálogo, y es preciso que los padres asuman su rol"; así como a las administraciones públicas, que en su opinión "deberían evaluar la eficacia de las políticas de reinserción social que están desplegando, dado que en muchos casos hay menores y jóvenes que se tuercen y no vuelven al camino, y es una pena".

Apostó, en este sentido, por incrementar los recursos humanos y los medios materiales destinados a la reinserción social, "pues hay centros de menores que están llenos hasta la bandera y que en muchos casos no reúnen las condiciones necesarias".