La lluvia impidió ayer celebrar el tradicional desfile de la Guardia Civil junto a la iglesia de Santo Domingo en Badajoz. Muchos pacenses se quedaron esperando, sin saber que los actos se habían trasladado a última hora a Ifeba. No hubo desfile, tampoco estuvo el centenario general Carracedo, fallecido este año, pero no faltaron los discursos de ensalzamiento y de ánimo a los integrantes del Benemérito cuerpo, las condecoraciones, el homenaje a los caídos, con corona de flores, los himnos y el vino de honor.

La Guardia Civil celebró a su patrona, la Virgen del Pilar, y lo hizo en cada pueblo donde este histórico cuerpo está presente. Aunque el principal acto tuvo lugar en Badajoz, con la presencia de la Delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, y de la consejera de Trabajo, Casilda Gutiérrez, además de otras autoridades civiles y militares, en Cáceres se centralizó en Monroy y hubo celebraciones en todas las poblaciones donde hay cuarteles. En Extremadura hay casi 3.000 guardias civiles.

Pasado y futuro de este cuerpo que, según destacó el coronel jefe de la zona de Extremadura, Jaime Alejandro Maldonado, se somete a continuas acciones para actualizar y proyectar su labor. En este sentido, Maldonado anunció que a principios del 2006 entrará en funcionamiento en esta comunidad autónoma el Sistema de Radiocomunicaciones Digitales de Emergencias del Estado, que va a mejorar la calidad de las comunicaciones, permitirá disponer de una sola red para las fuerzas y cuerpos de seguridad y multitud de servicios de comunicaciones para voz y datos. "Un sistema totalmente seguro", remarcó.

Y continúa la mejora de las casas cuarteles, gracias a la colaboración de las administraciones. Si para el 2004 había 510.000 euros, para este año se ha incrementado un 55% y el presupuesto sube hasta 792.000 euros. Ya se han adjudicado las obras del nuevo acuartelamiento de Siruela y se ha licitado públicamente la obra del de Talayuela.

Más medios, pero también nuevos retos: los incendios forestales, la violencia de género y la inmigración ilegal. En este último tema incidió Carmen Pereira, quien defendió la integración social de los inmigrantes como garantía de la seguridad pública. "Nada sería más perjudicial para la normalización que verlos como potenciales delincuentes", dijo.