Los emigrantes siempre acaban pagando un alto precio por las patrias que toman prestadas. Es lo que Amador Rivera, periodista extremeño recientemente jubilado, ha querido mostrar en su nueva novela. Como la define él mismo, Patrias Prestadas "es una historia de soledad y desarraigo que pretende ser una radiografía de los barrios obreros de Madrid".

La historia tiene como protagonistas a dos emigrantes, un viejo extremeño y un marroquí, Gregorio y Ahmed, que al final de sus vidas se encuentran en el cementerio de Villaverde Alto, donde tienen enterrados a todos sus seres queridos.

Gregorio y Ahmed, después de haberlo perdido todo, se embarcan en largos paseos en busca de recuerdos. Entre ellos, no pueden más que hablar de la añoranza de sus tierras, a las que ya no pertenecen, aunque tampoco sienten como patria el barrio en que viven. Así, recuerdan como ha ido evolucionando Villaverde, desde que cerraron la fábrica donde iban a trabajar hasta que sus hijos cayeron en el mundo de las drogas, que acabó por quitarles la vida.

El autor presentó su obra hace unos días en el Liceo de Mérida, y allí afirmó que aunque la historia no es real, ha pretendido reflejar la situación de los barrios obreros de Madrid, especialmente el de Villaverde Alto, donde la droga se llevó por delante a toda una generación de jóvenes. Así, "el lector se encuentra ante una historia con gran carga social, aunque esa no era la intención", dice. Porque Patrias Prestadas es también "una historia de amor muy triste, de amor por algo que ya no existe, ya que después de vivir tantos años fuera de tu tierra, no te consideras ni de un sitio ni de otro", señala Rivera.

Por ello, como explicó en la presentación de la obra, el título de la novela, ´Patrias Prestadas´, tiene mucho que ver con el nacionalismo. "Pero no con el vasco, el catalán o el gallego, sino con el nacionalismo español, de que nadie se considera hijo, y que parece que con la crisis, empieza a aflorar y a tomar fuerza".

Patrias Prestadas es ya el tercer libro de Amador Rivera, después de Un viaje de ida y vuelta con final en ninguna parte y Los huérfanos de Lenin . Y es que, este periodista extremeño tiene una trayectoria brillante. Nacido en la localidad pacense de Puebla del Prior en 1947, fue destinado a Madrid al aprobar unas oposiciones de cartero, oficio que ejerció hasta que terminó el Bachillerato y comenzó los estudios de Periodismo. En 30 años de carrera, ha sido, entre otras cosas, corresponsal del diario ´El País´ en Extremadura, subdirector y jefe de informativos de Radiocadena Española y director de ´El Periódico Extremadura´.

En Madrid, trabajó para la corporación RTVE, empresa en la que recientemente se ha prejubilado después de ganar el Premio Cálamo de Periodismo.