Tras 28 años al frente de Extremadura Unida, Pedro Cañada abandona la primera línea política, delega la secretaría general en Juan Pedro Domínguez y pasa a ocupar el nuevo cargo --o "carga", como él dice-- de presidente. Avisa de que seguirá ahí, pero como apoyo y asesor del nuevo equipo.

--¿Qué llevó a un profesor a crear un partido regionalista?--Yo era senador por UCD y en una sesión me recriminaron que me opusiera al trasvase Tajo-Segura y a la central de Almaraz. Yo estaba en política para defender a mi tierra y no para acatar órdenes. Me marché y cree Extremadura Unida. El objetivo era el mismo que ahora: que los políticos extremeño defendieran su tierra, no a su partido. Porque Extremadura, desde Viriato, ha sido traicionada siempre por su propia gente. Por eso la región ha quedado descolgada y los 21 parlamentarios que tenemos no sirven para nada, porque están condicionados por el interés de sus partidos. Hacía falta un partido que defendiera a Extremadura sin tener que dar cuenta al PP, al PSOE o a UCD. A mí me duele no haber visto nunca a un diputado extremeño defender los intereses de la región en el debate de los Presupuestos del Estado.

--Por los resultados electorales, ese mensaje no ha calado.--Es cierto. Pero nuestro acceso a los medios es más limitado y aquí falta sentido crítico. El extremeño puede ser un héroe y jugarse el tipo por defender a su familia, pero no por defender a sus vecinos. Y tampoco hemos tenido nada, como una lengua propia, que nos hiciera rebelarnos contra la imposición del centralismo.

--En los años 80 y principios de los 90 si lograron cierto respaldo del electorado. Eso ha ido decayendo, ¿por qué?--En la primera legislatura tuvimos 6 diputados. Entonces no estaban tan estabilizados los partidos centralistas. Había desaparecido UCD y quedaba ahí un terreno por cubrir. También hemos tenido problemas internos y fuera han tratado de desestabilizarnos. Nos han faltado medios y recursos. Y encima ahora los grandes partidos tratan de coger la bandera del regionalismo, cuando siempre han insistido en que no son regionalistas.

--¿Y cabe un partido regionalista como EU en un escenario de creciente bipolarismo PSOE-PP?--Vamos a luchar, aunque sea como predicar en el desierto. EU no es un partido cualquiera. Aquí pones dinero, no lo recibes. No digo que podamos ganar, pero somos útiles porque ponemos el dedo en la llaga a quien nadie se lo pone. En EU solemos decir: "Lo que no hagamos nosotros haremos que lo hagan otros".

--Dicen ser alternativa, pero en las últimas elecciones fueron en coalición con el PP...--Nosotros mantenemos nuestra identidad, no renunciamos a nuestra soberanía y no perderemos nuestras siglas e ideales. Incluso podemos coincidir en algún momento con el PSOE. Esta vez chocábamos por el Estatut. El regionalismo implica que estamos dentro de una nación única. El único partido con el que podíamos coincidir era el PP. Sí que hay cierta contradicción, pero hemos hecho otras coaliciones.

--Pero eran postelectorales.--El PP estuvo un año detrás nuestra. Habíamos tenido coincidencias en algunos pueblos y nos apoyamos mutuamente. Les exigimos mantener nuestras siglas, incluso por delante de las suyas. Dijeron que sí. Y Floriano me convenció con un artículo en el que decía que si tenía que decantarse por su tierra o por su partido, optaría por lo primero.

--Y para EU era la única forma de lograr algún diputado regional.--Algo de eso había. Algunos dejaron el partido porque no estaban de acuerdo. Sopesamos todo, le dimos muchas vueltas y pensamos que era lo menos malo. La idea era conseguir dos diputados, no uno. Pero hay cosas que no han funcionado. Ellos han incumplido el pacto. Nuestras condiciones no eran las mejores y eso nos forzó. Preferiríamos no tener que ir con nadie.

--¿Van a romper ese pacto?--Se va a revisar. Nosotros sí hemos cumplido al 100% y queremos que ellos también lo hagan.

--Abandona la secretaría general tras 28 años, ¿cómo deja EU?--No somos ni el PP ni el PSOE, pero hay ilusión, que es el punto de partida para hacer algo. Juan Pedro Domínguez es un gran todoterreno, muy trabajador, y yo le voy a dar todo mi apoyo, porque no me voy, no abandono el barco.

--¿Cuál será su función?--Seguiré detrás apoyando. Todos creían que yo no debía desaparecer y fue una condición que me ponía Juan Pedro. Hace 10 años ya lo intenté pero la persona designada se arrepintió, porque esto no es un cargo, sino una carga. Mi función será de asesoramiento, de empujar desde atrás pero sin decidir.

--Entonces, ¿tendrá Domínguez plena independencia?--No seré obstáculo ni le voy a disputar nada. El es el responsable político, económico y social del partido. Hará su propio vuelo y su propia ruta, aunque coincidimos al 100% en criterios. Tendrá total autonomía. Yo he promovido todo esto.

--¿Cuáles deben ser los objetivos a partir de ahora?--Debe decidirlo el comité ejecutivo. Nuestras constantes son defender los intereses de la tierra y tratar de que los no regionalista no se apropien del regionalismo. Que no engañen a la gente con ese disfraz. Y queremos que la región progrese, que no siga a la cola de todo tras 25 años de gobierno socialista.

--Su tesis doctoral se tituló "Derecho al error". ¿En qué se ha equivocado en estos años?--En muchas cosas, pero siempre he ido con buena fe. Tal vez me confundí al creer que podía convencer a la gente pese al egoísmo.

--¿Y qué ha aportado?--Traer los grecos, desaparecidos de Extremadura y que ahora están en Guadalupe o la mejora de la carretera a Valencia de Alcántara... Hace mucho sacamos a Ibarra la promesa de convertir en autovía la carretera Cáceres-Trujillo, y me han llamado loco por pedir, hace años, un aeropuerto internacional o que la Central de Almaraz tributase aquí. Pero no es solo lo que hemos hecho, sino lo que hemos obligado a hacer o no hacer.

--¿Alguna espina clavada?--La falta de conciencia regional y sentido crítico del pueblo. Hay poco espíritu reivindicativo y me duele, sobre todo en los parlamentarios. Porque vale más uno que hable que 20 que se callen, y que sirvan a los intereses de su tierra por encima de los de su partido. Esa es la tragedia de Extremadura y mientras no se arregle seguiremos igual, a la cola en todo.