Potenciar el papel de la embarazada en la toma de decisiones y reducir la alta tasa de cesáreas que se practican en la comunidad son algunos de los objetivos de la Estrategia de Atención al Parto Normal de Extremadura elaborada por el SES y que coordina Pedro Santos. Este sostiene que hay que cambiar la mentalidad y emplear la intervención quirúrgica únicamente cuando sea necesario, no por sistema. Matrón antes que técnico, reconoce que parte de la culpa de que Extremadura lidere la tasa de cesáreas la tienen en gran medida los propios profesionales.

--¿Por qué una estrategia de atención al parto normal en la región?

--Esta iniciativa surge desde el Ministerio de Sanidad para actualizar los conocimientos que hay sobre el parto normal atendiendo a un sector amplio de las mujeres, que pedían partos con menos intervención, en las que se respetara su cuerpo, y una atención más humanizada. También había muchos profesionales que demandaban esto. Y el ministerio lo hace extensivo a las comunidades autónomas. Extremadura da los primeros pasos en 2010 con la elaboración de una guía de asistencia al parto, pero no logra la repercusión que debía haber tenido ni en la población ni entre los profesionales. En 2012 le presento al gerente del SES los datos de cesáreas en Extremadura y vemos que estaban disparadas (en torno al 30%) respecto a la media nacional (24%). A partir de ahí empezamos con una nueva actuación porque estábamos a la cola de España en este ámbito y tomamos como referencia lo que se hacía en otros hospitales del país que tenían cifras muy buenas.

--¿Por qué se tiende tanto a practicar cesáreas en detrimento del parto natural?

--Es un asunto multifactorial. La cesárea es cada vez más segura, pero sigue teniendo más riesgos que el parto vaginal, tanto de morbilidad como de mortalidad. La cesárea tiene tres veces más riesgo de mortalidad que el parto. Se ha vendido las bondades de la cesárea como algo maravilloso y no hay complicaciones, cuando no es así. Otro factor es el miedo a la denuncia; la medicina defensiva. Los cirujanos estéticos y los de obstetricia son los que más demandas atesoran en cuanto a profesiones sanitarias. Hay muchos familiares de las parturientas que nos critican el que no se les haga la cesárea antes y se les deje sufrir.

--Pero esa demanda es entendible por parte de los familiares.

--Sí, claro. Pero el parto es una consecuencia inevitable de estar embarazada; es un dolor muy intenso, pero las mujeres han parido así toda la vida, aunque ahora hay muchos remedios para aliviar ese dolor.

--Pero con tanto avance científico y médico es lógico que pretendan ahorrarse ese sufrimiento.

--La patología de las mujeres no ha variado tanto como la que había antes. Los niños ni son más grandes ahora ni las mujeres tienen las pelvis menos anchas que antes.

--¿Por qué entonces hemos llegado a estas tasas de cesárea?

--Según los datos del 2013, en Extremadura las cesáreas son del 28,2%, mientras que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud lo cifra en el 15%. No obstante, la OMS está revisando esos datos, ya que entienden que los tiempos cambian. Y además no tiene nada que ver que des a luz en un país más desarrollado o menos. Vemos por ejemplo que en Noruega, Finlandia, Holanda, Bélgica, Alemania o Inglaterra, que se supone que están más avanzados que España, tienen tasas más bajas. Y de hecho en nuestro país hay una diferencia entre comunidades que es exageradamente llamativa. País Vasco está en el 12%, por debajo incluso de la recomendación de la OMS, y sin embargo en Extremadura estamos casi en el 30%. Y eso te lleva a plantearte algunos interrogantes. Qué pasa, que las mujeres vascas son más duras o tienen la pelvis más ancha; los niños son más pequeños; son antropológicamente más evolucionados los vascos que nosotros. No, verdad. Los profesionales, viendo esos datos, tenemos que replantearnos nuestra actuación. Incluso hay hospitales dentro de la misma comunidad que tienen tasas de cesáreas del 21% y otros que tienen un 43%. ¿Es que las mujeres de Mérida paren peor que las de Badajoz? Pues no. Y en eso es en lo que estamos trabajando.

--Por lo que plantea, las matronas también deben hacer un poco de psicólogas para ir dirigiendo a lo largo de todo el embarazo a la mujer hacia el parto normal.

--Creo que el problema no radica en la mujer, sino en el profesional; en cómo ese profesional ve el parto. Las mujeres son todas iguales, aunque es verdad que en función de donde vivan puedan tener mejor acceso a la educación sanitaria y otras tiene más problemas para ir a un centro a recibir información de preparación al parto. Pero el gran problema está en los hospitales; en como vemos la obstetricia. Quizá no hemos sabido evolucionar al ritmo que lo hacía esa especialidad en otros lugares. A lo mejor hemos evolucionado hacia una modernidad que no beneficiaba al parto --siempre con la mejor intención y utilizando el nuevo aparataje que está a nuestro alcance, con el objetivo de salvar vidas e intentar que las mujeres y los niños se pusieran menos malos--. Pero ahora se está demostrando que no tienen la validez que tenían, porque está conllevando aumentar el índice de intervenciones y de cesáreas. Y eso hay que corregirlo.

--Con eso quiere decir que es mejor retroceder a la medicina de hace unas décadas.

--Hay que volver a darle al cuerpo de la mujer el protagonismo que le hemos ido quitando los profesionales, pensando en su bien siempre. No hay que demonizar a los profesionales. La ciencia siempre evoluciona en un sentido que parece que es el mejor, pero cuando analizas todo lo que ha pasado en ese tiempo compruebas que estás equivocado y hay que volver atrás y empezar de nuevo. Por eso nuestra estrategia lo que vuelve es a poner a la mujer en el centro de atención. Ella es la principal protagonista; tiene que asumir que está embarazada y ser partícipe de ese parto. Y para eso en el centro de salud debe comunicar a la matrona cuál es su preferencia a la hora del parto.

--En resumidas cuentas, ¿la cesárea sólo debe realizarse cuando es estrictamente imprescindible?

--Tenemos un programa de estandarización de indicaciones de cesáreas, paralelo al de atención al parto, que persigue disminuir esas intervenciones quirúrgicas. Hay que tener claro que cuando un médico indique una cesárea, ésta se adecue a unos estándares de calidad que determina el ministerio: unas horas concretas para decidir si el parto se ha estacionado; si es que la cabeza del niño es más grande que la pelvis y le impide salir, etc.

--¿Incluye la estrategia también la posibilidad de ayudar a la mujer y sus familiares cuando hay un aborto?

--Aunque no está dentro de ella, sí se está trabajando en un protocolo de atención al duelo y en la pérdida perinatal. Están trabajando conmigo una psicóloga y una ginecóloga para elaborar un protocolo para que todos los profesionales tengan una herramienta para que cuando venga a nuestras unidades una mujer que haya abortado sepamos qué decirle y qué no; qué tenemos que hacer para que ese trance amargo también tenga un desenlace lo más favorable posible y haya menos depresiones posparto.