El tranquilo pueblo de Moraleja ha vuelto a verse salpicado por el oscuro y conflictivo clan de los Regis que esta semana ha salido de nuevo a la luz después de conocerse que parte de los familiares que residen en el municipio cacereño han sido detenidos por la Guardia Civil por pertenecer a una banda relacionada con el tráfico de armas y drogas y que tenía conexiones con Portugal.

Esto supone un nuevo golpe a una familia con un importante historial delictivo e inmersa en un mundo repleto de constantes amenazas de muerte y tiroteos, algunos con desenlace fatal, como el ocurrido en noviembre del año 2008 en la localidad leonesa de Villaobispo de las Regueras. En esta ocasión A. R. F. de 31 años, falleció después de ser alcanzado por una bala durante un enfrentamiento entre dos grupos que se disparaban entre sí en mitad de la calle.

El final trágico de A. R. F. era el presagio de los enfrentamientos y amenazas que entre unos y otros del propio clan se marcaron y un final casi esperado. De hecho, sucedió en León donde precisamente la víctima se había trasladado un tiempo antes para huir tras verse implicado en otro tiroteo previo en Coria.

EN CORIA En la localidad cauriense, donde residía parte del clan familiar, A. R. F. tuvo más fortuna ya que se agachó al ver al agresor, evitando así varios disparos. Aunque no pudo evitar una bala que le traspasó el hombro y le llegó a la altura del cuello, pero con esfuerzo y por su propio pie logró llegar a tiempo al servicio de urgencias del hospital de Coria para ser intervenido. Allí se le extrajo el proyectil y cuatro horas después pidió el alta voluntaria porque, según manifestó a los médicos, "le querían matar", dijo en su día.

Este tiroteo, que estuvo a punto de costarle la vida, hizo que semanas después se trasladara a vivir a León con el objetivo de pasar desapercibido tanto él como parte de su familia, sin pensar lo que allí le tenía preparado el destino. Por otro lado, en octubre del 2006, un hermano suyo corrió mejor suerte cuando salvó la vida en otro tiroteo que tuvo lugar justo en la rotonda de entrada a Plasencia, y a consecuencia del cual recibió un disparo de bala. En esta ocasión y dentro del mismo vehículo en el que había recibido los disparos, logró llegar hasta el hospital de Coria donde le atendieron. Ahora, este clan, dedicado a la venta ambulante, vuelve a salir a la luz por un asunto de armas y drogas.