La decisión de la Corte Suprema de Argentina de anular, casi dos décadas después de su aprobación, las denominadas leyes del perdón , que impedían el procesamiento de quienes ejercieron la represión durante la dictadura militar, entre los años 1976 y 1983, ha tenido también sus repercusiones entre la colonia de argentinos en Extremadura. El fallo no se ha acogido de igual forma. EL PERIODICO EXTREMADURA recoge la opinión de tres argentinos afincados en la región.

Héctor Norberto Prinzo es el presidente de la Asociación de Inmigrantes Argentinos en Extremadura y fue uno de tantos argentinos que tuvo que exiliarse por su militancia política. "En mi opinión, lo que ha ocurrido es una reivindicación que se hace realidad y demuestra que el ser humano debe seguir luchando para conseguir sus metas", sostiene este exfutbolista del Torino que ha terminado fijando su residencia en Badajoz.

Héctor tenía 21 años cuando se marchó de Argentina, siete meses después de instaurarse la dictadura. Muchos amigos menos implicados que él en política empezaron a desaparecer y más tarde descubrió que "la gente era secuestrada, asesinada, torturada...".

Ahora reconoce que se ha tenido que recorrer mucho camino para que "hoy se pueda actuar así y aunque para muchos es tarde otros lo festejamos". En este sentido, considera que con el paso de los años "parece que esas leyes fueron como un mal menor para que se afianzara la democracia y más tarde se pudieran tomar las medidas necesarias".

Las leyes, dictadas en los 80, libraron de responsabilidad a más de un millar de militares y policías implicados en delitos y violaciones de los derechos humanos. Con esta resolución se abre la posibilidad de que sean enjuiciados entre 500 y 1.000 personas, de las cuales muy pocas siguen en activo.

La crisis económica argentina trajo a Guillermo Vambrie a Extremadura hace dos años y medio. Llegó a Badajoz para jugar al rugby. A sus 35 años, Guillermo reconoce que tiene "una opinión bastante particular" sobre el tema y que quizás no coincida con la de la mayoría de los argentinos afincados en la comunidad extremeña.

Cree que la medida vendrá bien y que servirá para juzgar a todos aquellos que han cometido delitos y abusos, sin embargo se muestra a favor de que "se utilice la misma vara de medir para juzgar tanto a los militares como a los ´montoneros´ que atentaron contra militares y ahora campean libremente por Argentina".

Guillermo se muestra contrario a que "se meta a todos los militares en el mismo saco y que se juzgue a muchos de ellos sin pruebas". En este sentido recuerda a un pariente militar de la época del régimen, que tiene más de 70 años, y que lleva dos años encerrado en su casa sufriendo un arresto domiciliario, "él me asegura que es inocente y no tienen pruebas para tenerlo así, sólo que formó parte del régimen".

Luis Oviedo ha recibido la noticia con mayor alegría. A sus 44 años recuerda que muchos de sus amigos murieron. "Gran parte de mi generación está desaparecida, el resto tuvimos que salir del país porque o te ibas o desaparecías". Luis partió de Argentina en 1990 para jugar con un equipo de rugby en Italia, pasó por Salamanca y después de estar en Cáceres se instaló en Badajoz, donde regenta una farmacia y entrena a un club. Recuerda que cada vez que se reune un grupo de argentinos hablan de lo mismo: la impunidad. "Ahora no sé si se conseguirá algo, pero por lo menos les van a dar un buen disgusto a aquellos que tantos disgustos y dolor ocasionaron".