Una profesión tan importante como la educación o la sanidad, porque si se debilita el periodismo, la democracia se resiente de una manera muy importante». Son palabras de Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (Fape), que ayer celebró en Mérida su LXXVI Asamblea General con la asociación de la prensa de la capital extremeña como anfitriona. Más de 140 periodistas en representación de los 65 colectivos federados y vinculados a la Fape asistieron a la cita, donde se acordó solicitar al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, que la nueva ley educativa incorpore en Secundaria una asignatura sobre los medios de comunicación.

La Fape espera de esta forma introducir en la educación reglada una materia sobre la función de los medios para que, «a una edad todavía en formación, los jóvenes distingan entre redes sociales y medios de comunicación, entre opinión e información». Algo que González consideró «esencial» en una democracia. Por otra parte, también se puso de manifieso la importancia de contar con una prensa libre de presiones por parte de los poderes políticos y económicos.

PRECARIEDAD / Al respecto, González explicó que uno de los mayores problemas que afectan hoy en día a la profesión es la precariedad laboral, que ha traído consigo un debilitamiento de la independencia y la calidad del periodismo. «Buscar el clic, el resultado fácil y rápido solo debilita la ética del periodismo y lo que se necesita es hacer buen periodismo y que la ética periodística esté por encima de todo», defendió la presidenta.

En la Asamblea, máximo órgano de gobierno de la Fape, la junta directiva hizo balance del último año de gestión y se debatieron 10 propuestas de resolución planteadas desde las diferentes asociaciones. Al margen de las dos cuestiones anteriores, también se abordó que los licenciados en Periodismo puedan seguir impartiendo clases de Lengua y Literatura e Idioma Extranjero; la creación de una comisión contra el plagio de fotografías, imágenes y textos; las necesarias adaptaciones para ejercer el periodismo en tiempos digitales (propuesta por los periodistas emeritenses) o la igualdad de género en los medios.

Según González, el cónclave de Mérida marca «un antes y un después», ya que en él también se abordó la modificación del Código Deontológico para variar algunas expresiones que se han quedado anticuadas y sobre todo, asegurar la prevalencia de los principios fundamentales del periodismo en cualquier soporte, incluido el digital.