TEtn períodos de fuerte crisis como los que vivimos, hay dos efectos que son tristemente usuales y que, normalmente uno es consecuencia del otro, primero, la pérdida del puesto de trabajo y, segundo, el embargo de tu vivienda que se la queda quien te la financió, la banca. Después de eso, en economías medias, realmente poco queda por perder. La banca cuenta en la actualidad con un stock de pisos importante, stock que lastra sus balances y que le impide sanear sus presupuestos y, si no están saneados, pues comienzan los problemas.

La reforma intenta --de forma directa-- rebajar los precios de los pisos a través de la salida de los stocks que tienen los bancos, con el fin de animar la demanda y comenzar la ansiada recuperación económica. ¿Cómo lo quieren hacer? En lo relativo a los stocks de viviendas, se le exige a la banca mayores coberturas por créditos dudosos, es decir, mayores provisiones por créditos complicados, normalmente de activos inmobiliarios y también hipotecarios. La reacción por parte de los bancos debe ser querer quitarse esos activos dado que su financiación será ahora más costosa por lo que es probable que tengan más ganas de vender, lo que en terminología de mercados se denomina descensos de precios. Hasta aquí la teoría.

Ahora bien, ¿van a bajar realmente los precios? Pues no. Sencillamente creo que no van a bajar, o si quieren matizando un poco más, no van a bajar con claridad y desde luego no a corto plazo. Se producen varios problemas que afectan directamente a la medida. El primero, relacionado con las expectativas. Si el mensaje que envías al mercado es de descenso de precios ya se sabe que nadie comprará, simplemente se esperará. Además se esperará lo que haga falta hasta estar seguros de que se ha tocado fondo en términos de precios en ese mercado. Segundo, existe una duda muy clara sobre qué va a descender más, si los precios por las provisiones de la banca o las disminuciones por la dinámica de los propios mercados. Hubiera sido más adecuado una provisión del 45% o 50% y no del 35% como es la contemplada en la reforma para evitar este aspecto. Tercero, el tipo de viviendas que tiene la banca. Como es obvio generalmente no están en los centros de las ciudades o en las mejoras zonas de las mismas. Pertenecen mayoritariamente a segundas viviendas en zonas de costa y zonas exteriores de ciudades, por tanto, con menor tirón de demanda. Por las razones anteriores creo que los precios se mantendrán o como mucho bajarán tímidamente. La tendencia de los precios de la vivienda en España ha sido de un descenso de 20% aproximadamente en los últimos tres años, lo que es realmente poco para el parón del sector y muestra lo fuertemente rígidos a la baja en precios que son estos bienes.