Aunque avanzamos en el largo y tortuoso camino de la integración sociolaboral de las personas con discapacidad, aún nos queda mucho camino por andar. Son muchas las empresas que apuestan por la integración de estas personas por su eficacia y rentabilidad, aunque otros muchos siguen aprovechándose y lucrándose de esas situaciones aparentemente ventajosas que la Administración ofrece para potenciar su contratación.

Oscuros intereses donde priman más los beneficios económicos que la lucha por la verdadera integración. Pequeños caciques que se pliegan a los antojos de las empresas recibiendo a cambio dinero de dudosa procedencia y favores a la hora de emplear a sus familiares en contrapunto al sacrificio que a los demás les supone el poder optar a una oportunidad laboral.

Por eso no se entiende que existan asociaciones que participando en políticas sociales integradoras no actúen contribuyendo a reducir diferencias y desigualdades y jueguen con los sueños y sentimientos de estas personas. Más cuando prestan servicios de empleo protegido,que ayudan a fomentar y apoyar el empleo.

Queremos que este y los demás días del año sean días de compromiso con ellos, que nuestras acciones presentes y futuras estén dirigidas a crear una sociedad sin barreras, una sociedad tolerante, que entienda que el ritmo del desarrollo deba estar condicionado a que todos avancemos juntos y que no se queden excluidos y así facilitar su inserción sociolaboral, no poniendo freno a su desarrollo personal.

El mundo se volvería más humano, cuando demos sentido y color a la vida de las personas con discapacidad, cuando pongamos horizonte allí donde no había más que olvido. Esto no se consigue más que con el corazón, y el compromiso. Por eso nuestra actitud, convencimiento y el creer en estas personas, son fundamentales para conseguir su plena integración.