La urbanización Isla de Valdecañas, en el embalse cacereño del mismo nombre, fue declarada ilegal en 2014 sin que haya sido todavía demolida, pero la plataforma de arquitectos n'UNDO ha planteado una innovadora forma de "demolición selectiva que puede generar beneficios económicos y ambientales".

La historia de este complejo turístico que ha suscitado las protestas de grupos ecologistas y vecinos de la zona comenzó el 10 de abril de 2007, cuando la Junta de Extremadura aprobó el Proyecto de Interés Regional (PIR) Marina de Isla de Valdecañas.

La urbanización Marina Isla de Valdecañas, integrada en la Red Natura 2000 como centro de atracción turística, fue denunciada por parte de las organizaciones ecologistas Adenex (Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura) y Ecologistas en Acción ante la TSJ de Extremadura, quien finalmente dictaminó en favor de la restitución de los terrenos a su estado anterior.

Finalmente, a primeros de 2014, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia que declaraba la nulidad del PIR y la restitución de los terrenos a su estado anterior. El proyecto se ha realizado en parte, pero la sentencia aún no se ha ejecutado.

La organización n'UNDO aglutina también a filósofos, geógrafos, ambientólogos o periodistas en la búsqueda de una arquitectura más sostenible y a ella pertenece la arquitecta Julia Font Moreno, que explica cuál es la situación en la que se encuentra Valdecañas y cuáles son los proyectos del equipo para desmantelar la urbanización y recuperar el entorno original.

Según Font Moreno, "la urbanización ha supuesto una transformación total de la isla como ecosistema. Además de la pérdida de vegetación y de gran parte de la fauna asociada, la urbanización se traduce en una completa alteración del suelo y del relieve y, por tanto, de todos aquellos procesos ecológicos que dependen de ellos".

Además, "la población de El Gordo el año pasado era de 378 habitantes, mientras que la intervención en la Isla de Valdecañas concibe la construcción de 300 villas, hecho que duplicaría, como mínimo, la población del municipio", subraya la arquitecta.

El informe técnico Procedimientos Sostenibles de Desmantelamiento, Restauración Ecológica, y Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida (EICV) del proyecto Marina Isla de Valdecañas, según Font, "plantea una visión certera del potencial impacto ambiental que supone la demolición del complejo de Marina Isla de Valdecañas".

Este informe ha sido llevado a cabo por un equipo multidisciplinar de profesionales de las distintas áreas que abarca el estudio. Los autores son: Ecómetro, Creando Redes y n'UNDO.

CUATRO PILARES "El informe --continúa Font-- presenta una solución posible y beneficiosa para la comunidad, al conflicto generado por la construcción del proyecto de Marina Isla de Valdecañas" y la propuesta plantea diferentes áreas de actuación conectadas entre sí: "Frente a la demolición tradicional propuesta por la Dirección General de Transportes, Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta, se propone el desmantelamiento selectivo con una correcta gestión de residuos por tipo de material".

"Frente a una estimación de la huella de carbono emitida, se propone la evaluación del Impacto del Ciclo de Vida (EICV) del complejo, que además de la huella de carbono incluya otras seis categorías de impacto ambiental; así como el cálculo de la capacidad del sumidero de absorción de la masa forestal restaurada de la Isla Marina de Valdecañas".

"Frente al abandono de la Isla de Valdecañas o a la rehabilitación del espacio con técnicas convencionales de revegetación, se propone un plan de restauración ecológica con una visión integral que permita recuperar el capital natural y la resiliencia del área de intervención".

Estos cuatro pilares definen para los miembros del equipo de n'UNDO "la estrategia a seguir para recuperar el entorno de Isla de Valdecañas, ofreciendo una solución completa a las diferentes problemáticas existentes y una alternativa para mejorar la gestión del desarrollo rural de la zona desde una visión socio-económica", concluye Julia Font Moreno.