La VI Conferencia Foro Derecho e Igualdad que se celebra en Mérida dedicada a la demografía ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar los retos que suponen una población extremeña cada día más envejecida y menos rural.

Dos datos lo ilustran: el 40% de los habitantes se concentra en siete núcleos urbanos que superan los 20.000 habitantes y el 20% tiene más de 65 años.

El envejecimiento es aún mayor en los pueblos extremeños, ya que en el 65% de ellos, uno de cada cuatro vecinos es una persona mayor.

El crecimiento vegetativo --la diferencia entre nacimientos y defunciones-- es negativo en la región desde el año 2000.

Estos datos oficiales han sido ofrecidos por el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles; y el ponente Santiago Cambero, doctor en Sociología por la Universidad de Extremadura, antes de participar en el foro, organizado por Plena Inclusión y Cocemfe.

En declaraciones a los periodistas y según informa EFE, Vergeles ha explicado que la sociedad se ha venido preocupando hasta ahora de la «demografía de la despoblación», un aspecto muy importante, pero ha abogado por poner ahora el acento en la «demografía del envejecimiento».

La estructural poblacional comenzó teniendo forma de «pirámide» y la previsión para el 2020 es que sea una «seta», según Vergeles, un proceso que obliga a Extremadura a afrontar el reto de la «sostenibilidad social».

Paralelamente se ha producido un cambio de los movimientos migratorios, que son menos internacionales y más «intracomunidades autónomas», según el consejero.

Cuando llegan los hijos a la edad universitaria, ha puesto como ejemplo, hay familias que dejan los pueblos por la ciudad porque entienden que tienes más recursos.

Para afrontar toda esta situación se necesita, a su juicio, voluntad política, como se ha hecho en la reciente Conferencia de Presidentes Autonómicos, financiación y contar con servicios de calidad en los pueblos.

En este sentido, Vergeles, que ha destacado medidas como la reapertura de las urgencias rurales, ha abogado por la promoción de la autonomía personal, para hacer que los mayores se valgan por sí mismos durante más años.

El consejero ha enumerado políticas que su departamento lleva a cabo en pro del envejecimiento activo, la prevención de la enfermedad, la promoción de la salud, el abordaje del sentimiento del soledad, el respeto a los mayores y el fomento del voluntariado entre estas personas.

Vergeles ha señalado que no es lo mismo atender a 1,1 millón de habitantes como tiene Extremadura, con una densidad de entre 24 y 26 por kilómetro cuadrado, que reunidos en una ciudad.

NO SON UNA CARGA / El sociólogo, por su parte, ha considerado que no hay que ver el envejecimiento no como una «carga» sino como una «gran conquista social» gracias a los avances médicos, las mejoras nutricionales y en el estilo de vida o el acceso a la educación y la sanidad.

El sistema no está preparado para la demanda social y económica que supondrá dentro de 20 o 30 años esta evolución demográfica, según Cambero, que ha asegurado que hoy todavía no es un problema.

También ha recordado que Extremadura es la séptima u octava región española más envejecida, y ha abogado por poner en marcha medidas estructurales y tomarse muy en serio la cuestión como ha hecho el Gobierno de España creado un comisionado.

A su juicio, en Extremadura habría que crear un órgano similar, en el que las instituciones, los partidos políticos y los agentes sociales reflexionen sobre las medidas estructurales a poner en marcha.

El sociólogo ha planteado la necesidad a un acuerdo europeo sobre la ciudadanía senior basado en cuatro aspectos.

Capacidad de adaptación al entorno de envejecimiento, educación a lo largo de la vida, satisfacción con esta nueva etapa vital y empleabilidad. En este caso no como un concepto muy economicista, ha precisado, sino como la aportación de los mayores al entorno sociocomunitario y familiar, unas actitudes y aptitudes que no se valoran en el Producto Interior Bruto (PIB).