Es médico, profesor y también investiga sobre esquizofrenia. "La marginación a la que sometemos a los enfermos mentales en Extremadura, Barcelona o Madrid me preocupa tanto como la marginación del enfermo de malaria en Burundi o del de sida en Malasia". Estas declaraciones reflejan la personalidad de Adrián Llerena, director de la Oficina de Cooperación al Desarrollo.

--¿Por qué lleva desde el 2001 al frente de la oficina?

--Porque es mi obligación como científico y profesor. Como científico debo extender el conocimiento a todos los lugares en los que puede ser necesario y que se investigue sobre temas que afectan no solo a las clases más pudientes sino a la gente más pobre. El conocimiento no nos pertenece.

--¿Qué pretende esta campaña?

--El objetivo principal es dar a conocer entre la comunidad universitaria las metas de los Objetivos del Milenio. Y lo hacemos en la universidad porque sin la capacidad de producir formación es imposible conseguir estas metas. Para acabar con la tuberculosis, la malaria, el sida... o se investiga sobre malaria, sida y tuberculosis y se educa o por mucho dinero que se mande el problema no terminará. No basta el 0,7%. Tiene que ser el 0,7% más I+D+i, más educación.

--¿Los Objetivos del Milenio son menos utópicos de lo que se les suele calificar?

--Con el sida, en 1985 todo el mundo moría. En el primer mundo hemos conseguido en 15 años parar una enfermedad que se calificó como la epidemia del siglo XX y que causó más terror y pavor social que la propia tuberculosis. Si nos dedicásemos a investigar y a repartir los recursos, los Objetivos del Milenio se podrían conseguir.

--Y en menos de un milenio...

--Totalmente. No es un problema solo de recursos económicos. El 90% del dinero que se destina a la investigación se dedica solo al 10% de las enfermedades de la población mundial. Las universidades tienen que implicarse más. La gente debe saber que si utilizamos los recursos podemos acabar con la pobreza o las enfermedades que asolan a la humanidad.