La última operación policial de gran envergadura se ha saldado con la detención de 20 rumanos y un español como presuntos integrantes de un grupo organizado que operaba en Badajoz y que se dedicaba a realizar estafas múltiples, a través de internet, mediante ventas y subastas ficticias.

El trabajo que los agentes del Grupo de Fraudes en internet de la Jefatura Superior de Policía de Extremadura llevaban realizando desde principios del 2004 se cerró el pasado fin de semana tras reunir toda la información.

Los detenidos se pasaban las 24 horas del día en un cibercafé de Badajoz desde el cual consiguieron estafar a cientos de personas residentes en países de Europa y, principalmente, de Estados Unidos. En la operación de detención se registraron tres viviendas ocupadas por los detenidos y se intervino un vehículo, 14 móviles, 7.861 euros en efectivo y documentos relacionados con los hechos investigados.

SECRETO DE SUMARIO El juez ha declarado el secreto de sumario y, tras la toma de declaración a los implicados, ha ordenado el ingreso de los 21 detenidos en el centro penitenciario de Badajoz. De momento, no se conoce ni el número exacto de operaciones ni la cuantía económica de lo estafado, pues es la Brigada de Delitos Tecnológicos de Madrid la que se encarga de esta información. Lo que sí se conoce es que al frente del grupo se encontraba S.I., de nacionalidad rumana, que dirigía todas las actividades ilícitas, y como lugartenientes del anterior se encontraban L.C.I. y V.D, también rumanos, que ocupaban un escalafón inferior dentro de la organización. Estos dos últimos eran los encargados de coordinar, supervisar y crear infraestructura para el resto de los miembros de la red.

Según un comunicado de ayer del Cuerpo Nacional de Policía, los responsables del grupo se encargaban de reclutar en Rumanía a jóvenes con amplios conocimientos de informática e internet para trasladarlos a España, donde les proporcionaban vivienda y manutención y los utilizaban para sus ilícitas actividades, en algunos casos bajo amenazas y coacciones.

La información acumulada tras la investigación policial ha generado más de 100.000 archivos recogidos en los equipos intervenidos, con un volumen aproximado de 8 GB. Tras visualizar algunos de estos archivos, los agentes de la Policía han comprobado que existe información sobre numerosas víctimas, listados de cuentas de correo electrónico, accesos a webs de entidades bancarias para comprobar ingresos de las víctimas, accesos al portal de subastas y cambios de contraseñas de los usuarios.