Al menos 40 detenciones por todo tipo de robos en la ciudad y localidades de la periferia. Es el historial que maneja comisaría de Jesús C. C., el presunto delincuente que murió el viernes en Plasencia al dispararle un policía nacional de forma fortuita durante un forcejeo. Precisamente y según fuentes policiales, se le atribuían los últimos robos en domicilios de la ciudad.

Las mismas fuentes relataron además que hace algunos años había mordido a un policía local en la mano para evitar ser detenido "y se llevó varios dedos", por lo que la policía no lo consideraba inofensivo, tal y como afirmaron en el lugar del suceso familiares y vecinos.

El fallecido era además toxicómano, tenía el sida y había pasado varias temporadas en la cárcel. Se da la circunstancia de que otros tres familiares se encontraban también en la cárcel el día de su fallecimiento y acudieron ayer con un permiso a la ciudad para el entierro.

Por su parte, los familiares aseguraron ayer en su defensa que el relato de los hechos transmitido por la Subdelegación del Gobierno no se corresponde con la realidad. Según una hermana: "La policía pudo cogerle dos veces en La Esperanza, pero se lo dejaron escapar porque lo que querían era matarle. El no tenía ningún cuchillo ni se abalanzó sobre el policía y el tiro se lo dieron en la nuca". Reconoce que era un delincuente habitual, pero lo achaca a la droga: "Era un ladrón, pero no un criminal ni era agresivo, sólo corría porque no quería volver a la cárcel".

También se quejó también de que en ningún momento la familia fue informada del suceso: "Sólo me dijeron que a mi hermano lo estaban curando de una herida en la cabeza".