La Jefatura Superior de Policía de Extremadura celebró ayer en Badajoz el Día de la Seguridad Privada, con el objetivo de reconocer la creciente colaboración de los vigilantes privados con este cuerpo de seguridad, según destacó el jefe superior de policía, Julián Martínez.

La celebración de este día, a instancias de la Policía Nacional, sirvió para rendir homenaje a "aquellas trayectorias profesionales dedicadas durante muchos años a la seguridad privada, por su servicio meritorio e inteligente", dijo Martínez. Un total de 27 vigilantes fueron galardonados.

Martínez destacó que "la seguridad privada es un complemento necesario de la seguridad pública y han pasado los años en que su regulación y estructura era muy primitiva". En Extremadura trabajan más de 500 vigilantes jurados, repartidos entre una veintena de empresas.

El jefe superior de policía explicó que la regulación de esta actividad es absoluta, así como "un excelente entendimiento entre el mundo de la seguridad privada y el Cuerpo Nacional de Policía". Martínez señaló que la vigilancia privada realiza una labor destacada sobre todo en los polígonos industriales, y edificios que acogen a mucha gente, como los hospitales, realizando actuaciones de control de accesos y de seguridad "totalmente necesarias". Asimismo, la presencia de estos vigilantes en edificios públicos resta gastos en las fuerzas de seguridad públicas.