Juan Manuel Hernández, casado y con dos hijos, fue concejal y alcalde en el Ayuntamiento de Coria, y además formó parte de la Diputación Provincial de Cáceres desde 1987 hasta 1995, año en el que entró en la Asamblea. Pero también se confiesa un gran aficionado a la Cocina.

--¿Qué significó para usted entrar en la Asamblea?

--Fue algo que deseaba, aunque es un órgano que no se entiende hasta que no estás dentro. Ya había hecho política, pero esto es otra actividad: tomar decisiones, leyes, medidas, explicar a la gente lo que estás haciendo en sectores clave...

--¿Cómo se convierte un hostelero en político?

--(Risas). Bueno, la verdad es que yo fui político antes que hostelero, porque empecé en este mundo muy joven, en los inicios de la Democracia.

--¿Quién es su modelo a seguir en Política?

--Son muchas a las personas a las que admiro, pero si tengo que decidir, me quedo con el carisma de Felipe González, el coraje de Guerra y la valentía de Zapatero a la hora de cumplir sus promesas electorales.

--Defina la Política

--Para mí, política es la entrega para mejorar la sociedad, así como trabajar siempre para ayudar a los demás.

--¿Cuál es la gran satisfacción de su carrera?

--Son tantos los acontecimientos en 30 años que es muy difícil destacar algo. Pero lo más pasional fue la transfornación de Coria. En 14 años vimos cómo el pueblo despegaba hasta convertirse en el núcleo económico de la zona.

--En un terreno más personal, cuéntenos qué hace en su tiempo libre

--Pues mi gran afición es mi profesión, la Cocina, que compaginaba con la Política hasta hace 4 años. Pero también me gusta mucho la Fotografía y tengo una colección de máquinas antiguas.

--Y su plato favorito...

-- (Risas). Las croquetas, desde que era pequeño.