¿Para qué ser empleado cuando puedo ser jefe? Quizás esa sea una de las preguntas que se plantearon los cerca de 55.000 extremeños que durante el 2007 estaban constituyendo o poniendo en marcha su propia empresa. Tal vez sea una reflexión que hicieron en su momento sin pensar ni imaginar que un grupo de investigación formado por la Universidad de Extremadura (Uex) y la Fundación Xavier de Salas se servirían de esta decisión para medir el grado de iniciativa empresarial de los habitantes de la región.

"Este tipo de fotografías de Extremadura es muy importante porque nos ayuda a los políticos a tomar decisiones y diseñar políticas con seguridad, con medidas acordes a la realidad", explicó ayer María Dolores Aguilar, vicepresidenta de la Junta y consejera de Economía, Comercio e Innovación durante la presentación, en Cáceres, de la quinta edición del Informe Ejecutivo 2007. Global Enterpreneurship Monitor. Extremadura . Este trabajo, dirigido a nivel regional por el catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Uex Ricardo Hernández Mogollón, pretende hacer un diagnóstico de la capacidad emprendedora de la sociedad. En este sentido, la principal conclusión es que durante el año pasado la tasa de actividad emprendedora (TEA) --medida por el porcentaje de población de entre 18 y 64 años que pone en funcionamiento una empresa-- ha descendido levemente. "Es un primer síntoma de la crisis, porque el trabajo se hizo en la primavera del 2007", justifica Mogollón.

Concretamente, la tasa de emprendedores en Extremadura fue del 8,12% de la población activa, lo que supone 0,21 puntos porcentuales menos que en la anterior edición de este estudio anual. Esto sitúa a la región por encima de la media nacional (7,62%), pero, debido al mayor crecimiento de otras comunidades, le aleja de los puestos de cabeza que ocupaba en años precedentes.

En total fueron 54.946 los extremeños que en el último año se han visto involucrados en la creación de empresas. Un tercio de ellos eran mujeres, lo que supone también una menor implicación de las féminas en estas iniciativas respecto a ediciones anteriores.

En esta línea el perfil del nuevo empresario en la región es el de un hombre de unos 39 años, con nivel de estudios primarios, renta media de entre 1.200 euros y 1.800 euros mensuales, instalado en entornos urbanos y "sin miedo al fracaso". Así su idea, por lo general, es crear una pequeña empresa sin empleados o con menos de cinco trabajadores y la actividad orientada, sobre todo, al sector servicios (24% a la hostelería o la restauración y 14% a servicios profesionales). El motivo suele ser el de lograr mayor independencia, aunque también destacan los que desean mejorar sus ingresos.

Ante esta radiografía, María Dolores Aguilar explicó que uno de los objetivos de la Junta es afrontar los problemas que, por "atomización" y falta de dimensión, acusa el tejido empresarial extremeño. "El 95% de nuestras empresas tienen menos de 10 empleados. Eso puede ser un buen indicio de nuestra capacidad emprendedora, pero también una debilidad. Por eso apostamos por una redimensión y que logren mayor fortaleza, por ejemplo, a través del cooperativismo". Pero además, se refirió a la necesidad de que los empresarios extremeños vendan al exterior y diversifiquen sus productos: "Debemos pasar de una economía tradicional a una del conocimiento y la innovación. Hoy no tienen sentido empresas de ámbito local, todo debe derivar hacia la internacionalización".