El arranque de las obras del AVE en Portugal de la línea Madrid-Lisboa es inmediato después de que el Gobierno de Portugal firmara ayer el contrato de concesión de los primeros 170 kilómetros de AVE del recorrido, entre Poçeirao y Caia, en la frontera con Extremadura, que tiene un coste cercano a los 1.500 millones de euros y está previsto que finalice en el año 2013. Se cumple así la promesa del primer ministro luso, José Sócrates, al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, tras la entrevista mantenida entre ambos el pasado 13 de abril en Lisboa. Allí el jefe del Ejecutivo extremeño anunció esta inminente firma producida ayer y reiteró que con ello "se ha desbloqueado definitivamente el proyecto de estación internacional". No obstante, el ministro de Obras Públicas portugués, Antonio Mendonca, reconoció que la ejecución el tercer puente --forma parte del segundo tramo de 50 kilómetros entre Lisboa y Poçeirao-- será sometido a "una nueva evaluación", que no pondrá en riesgo la conexión con la capital española, ya que se deberán de estudiar uniones "transitorias", aclaró.

La firma del contrato con el consorcio encabezado por las empresas lusas Soares de Acosta y Brisa (participada por la española Abertis), coincide con el aumento de las voces críticas en Portugal respecto a la infraestructura, ya que agravaría su delicada situación económica y financiera, según argumentan los principales de la oposición lusa: los centro derechistas socialdemócratas (PSD) y el CDS-PP. Pedro Passos Coelho, el líder del PSD, resaltó ayer la necesidad de haberlo retrasado y acusó al Ejecutivo luso de "cierta obcecación y alejamiento de la responsabilidad política" por no suspender el ferrocarril de alta velocidad.

EL PRESIDENTE, DUDA Además del PSD, los democristianos del CDS-PP, tercera fuerza en el Parlamento luso, también se oponen al ferrocarril, ya que consideran que agravaría las ya castigadas cuentas públicas.

Asimismo, entre las voces recelosas al AVE surgidas últimamente, destaca la del presidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, histórico dirigente del PSD, que ha esgrimido sus dudas respecto al proyecto y, a pesar de sancionar mes pasado su primer tramo, lo condicionó a un estudio de viabilidad económica.

En este sentido, el gobernador del Banco de Portugal, Vítor Constancio, se unió a esta corriente de opinión y esta semana declaró que consideraría "normal" el retraso de las grandes infraestructuras públicas para "reducir más el déficit".