El presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento portugués, Pedro Soares, ha señalado hoy que su país ve "con una preocupación importante" el alargamiento de la vida útil de las centrales nucleares españolas más allá de los 40 años, y ha pedido al España "un diálogo abierto" sobre el tema.

Durante su intervención hoy en unas jornadas sobre el futuro de la energía nuclear en España en el Congreso de los Diputados, Soares ha avanzado que esta extensión de operaciones del parque nuclear español "puede ser objeto de controversia" con su país.

Ha puesto como ejemplo el caso de la central de Almaraz (Cáceres) "que ya tiene permiso para operar hasta los 40 años y tenemos noticias -ha añadido- de que quiere extenderlo más allá, algo que nos preocupa por el número tan significativo de incidentes que ha habido en la central".

Soares ha recordado como el Gobierno portugués tuvo que recurrir a la Unión Europea a comienzos de año para ser informado del ATI (Almacén Temporal Individualizado) de residuos que construye la planta extremeña, y que, a su juicio, no tiene sentido "sin una intención de extender las operaciones en Almaraz más allá de los cuarenta años".

"No, nosotros no entramos en las decisiones soberanas de la política energética de España, pero la actividad de las plantas nucleares puede tener consecuencias directas para la seguridad, la economía y el medio ambiente de Portugal", ha subrayado el parlamentario portugués.

Soares ha pedido al Gobierno español que "abra todos los canales de intercambio de información y debate" sobre sus decisiones en materia nuclear, al tratarse de una información "demasiado importante para que quede confinada".

Ha dicho también que el Ejecutivo portugués trasladará esta petición al español en el encuentro que van a mantener ambos países a finales de mayo en la ciudad portuguesa de Vila Real.

Soares ha incidido en que "la percepción mayoritaria" de los portugueses, que no tienen centrales en su territorio, "es que la energía nuclear no es ni segura ni buena para el medio ambiente, y sí un obstáculo para la expansión de las renovables".

Es por este último tipo de energías por las que apuesta su país que aspira a que el 60 % de su producción de energía provenga de renovables y de que los combustibles fósiles dejen de usarse en 2050, ha concluido.