Los consumidores extremeños pagan entre un 90 y un 2.066% más por productos básicos de la cesta de la compra de lo que el productor cobra por los mismos alimentos. Patatas, pollo, peras, cerdo, tomates, melocotones, o huevos, se ponen a la venta en los supermercados por un precio muy superior al que cobra el agricultor o ganadero que los vende. Es lo que se conoce como precios en origen y precios en destino, y la diferencia puede sobrepasar el 2.000%, por ejemplo, en el caso de las patatas.

Por ello, organizaciones agrarias como UPA-UCE reclaman la intervención del Gobierno para que establezca un coeficiente máximo entre el precio de compra al productor y el precio de venta al consumidor para las fruta y hortalizas, como se ha hecho en Francia.

La variación de los precios entre el inicio y el final de la cadena alimentaria genera unos desmesurados márgenes comerciales, según UPA-UCE, que culpa de ello a las grandes distribuidoras y comercializadoras de los productos frescos por el incremento "salvaje" de los precios. Esta misma situación ha sido denunciada también por la Unión de Consumidores de Extremadura que, incluso ha observado diferencias sensibles de precios dependiendo del supermercado.

A mediados de este mes, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y UPA-UCE, la patata se pagaba al productor a 0,03 euros el kilo, mientras que en las tiendas se vendía hasta a 0,65 euros; las peras no sobrepasaban los 0,32 euros el kilo en origen, mientras que llegaban a 1,62 euros en el supermercado (800% más); otro producto básico como los huevos se paga a 0,57 euros la docena al productor, mientras al consumidor le cuesta una media de 1,19 euros.

EN TODOS LOS SECTORES Otros ejemplos de la situación son la compra de cerdo y ternera, con incrementos del 286 y 284%, respectivamente, entre lo que paga el ciudadano y lo que recibe el productor. También las verduras tienen oscilaciones importantes en este sentido. El agricultor cobra 0,32 euros por una lechuga y el consumidor paga por esa misma lechuga 0,85 euros (165% más); las judías verdes las vende el productor a 0,60 céntimos, y en las tiendas cuestan hasta 3,59 euros el kilo (un 500% más caro); y el tomate varía casi un 300%.

La diferencia de márgenes comerciales se nota también en el pescado, con diferencias de hasta 10 euros por kilo de merluza.

Ante este panorama, UPA-UCE califica de "grave crisis de precios" en las frutas y hortalizas porque los agricultores no logran cubrir los gastos, por lo que en algunos casos han optado por dejar el producto en la tierra.