El precio de la tierra para usos agrarios experimentó en el 2006 un crecimiento del 4%, hasta situarse en una media de 4.419 euros por hectárea. Si aplicamos el deflactor del PIB --índice que recoge la variación en el nivel de precios de un país durante un periodo determinado-- registrado en el 2006, que fue también del 4%, el auge del coste de la tierra queda plenamente compensado.

El encarecimiento de las tierras de cultivo extremeñas está muy por debajo (más de un 43%) del experimentado en el conjunto de España, donde fue del 7,1%. Ignacio Huertas, secretario general de la organización agraria UPA-UCE, explica que este diferencial viene motivado "por las regiones en las que el precio del suelo rústico sube a pasos agigantados a causa de la presión inmobiliaria". De hecho, autonomías como Valencia, Madrid, Cataluña o Baleares, donde el peso de la agricultura es bastante menor que en Extremadura, han sufrido crecimientos superiores al extremeño. "Se trata de subidas que en ningún caso están justificadas por la renta agraria, porque en el 2006 los agricultores no ganaron más dinero que en el año anterior", incide Huertas.

Dentro de los cultivos, en el 2006 las tierras de labor de secano se encarecieron algo más de un 4%, hasta alcanzar los 3.216 euros por una hectárea. En el caso del regadío, esta misma superficie se pagó de media a 12.172 euros, solo un 3,4% más cara que en el año anterior. "El pasado fue un año bastante malo para estos cultivos", justifica Huertas, que pone de ejemplo la penalización en las ayudas europeas al tomate o los bajos precios de la fruta.

En cuanto a la superficie de labor en secano, el olivar para almazara fue el que más se acrecentó, un 5,7%, continuando así con la evolución alcista de los últimos ejercicios. En la última década, su precio ha crecido un 62%, hasta los 5.856 euros por hectárea. "Aquí las subidas sí se pueden justificar desde el punto de vista agrario, porque los precios no son malos y se han registrado buenas producciones", subraya el responsable de UPA-UCE. Menor crecimiento (3%) tuvo la hectárea de viñedo, que promedió 8.069 euros.

Dentro de los aprovechamientos para ganado, los pastizales también tuvieron una evolución por encima de la media. En la subida del 5,1% (hasta los 2.326 euros) probablemente influyó el que el 2006 fue un buen año tanto para el porcino como para el vacuno.

A nivel nacional, las tierras de uso agrario tuvieron un valor medio de 10.402 euros. El secano se encareció un 6,6% (7.548 euros por hectárea) y el regadío un 7,9% (27.950 euros).