Un preso se fugó el martes de la cárcel de Badajoz debido a un fallo de seguridad que permitió una evasión muy parecida a la que ya registró el centro pacense hace ahora cuatro años. El fugado es un joven de 19 años, cuyo nombre responde a las iniciales J. G. S. y que cumplía una condena de cuatro meses y 28 días por un hurto. Es natural de Badajoz, no está considerado como peligroso y la Policía Nacional confía en localizarle en las próximas horas.

Al parecer, según apuntaron diversas fuentes a EL PERIODICO EXTREMADURA, este reo contó con la colaboración de otros presos, que por la tarde --cuando había ochenta internos en el patio-- llamaron la atención de los funcionarios, que incluso tuvieron que trasladar a uno de ellos a la enfermería. En ese momento J. G. S. se escapó y, aunque aún no se conocen las circunstancias exactas de la fuga, todo indica que hubo algún problema en los sistemas de vigilancia pasiva (las cámaras).

EXPEDIENTE ABIERTO Fuentes de Instituciones Penitenciarias dejaron claro que los dispositivos de seguridad de la prisión funcionaron correctamente y que en estos momentos se están analizando las circunstancias de esta evasión, para lo que se ha abierto una información reservada , informa Guadalupe Leitón.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, explicó que el objetivo de la investigación interna es "conocer qué ha pasado, cómo se ha fugado y tomar las medidas para que no vuelva a ocurrir, y si hay que asumir alguna responsabilidad que así se haga".

Desde el año 2000, según datos oficiales del Ministerio del Interior, se habían registrado 11 fugas en las prisiones españolas, a las que hay que sumar esta última. Se da la circunstancia de que en los últimos cinco años no ha habido un solo intento de fuga en la cárcel de Cáceres, mientras que en Badajoz se han producido en el mismo periodo dos evasiones --con la del martes-- y otros dos intentos fallidos.

Desde el sindicato FSP-UGT, Santiago García se mostró partidario de revisar los medios técnicos de seguridad, así como los protocolos establecidos y los cambios que se han llevado a cabo desde la fuga del 2001, "porque ha vuelto a pasar lo mismo".

Por su parte, Diego Márquez, de CSI-CSIF, señaló que el principal problema de seguridad es la "sobreocupación", puesto que hay 790 internos en una prisión diseñada para albergar a unos 400 presos. De hecho, en el momento de la fuga había un funcionario vigilando a 80 reos. Además, criticó que hay celdas que comparten hasta tres y cuatro internos.

Alberto Ramajo, de CCOO, dijo que en la cárcel de Badajoz "la situación está empeorando" y tras un año el actual Ejecutivo "no da ninguna solución".