Ya están en casa. El primer gran contingente de militares que integran la Brigada Plus Ultra II, destacada en Irak, aterrizó ayer a las 9.15 de la mañana en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz), después de una larga jornada de viaje y tras haber superado sin problemas el conflictivo trayecto por carretera en autobús hasta Kuwait, desde donde los 253 soldados integrantes de este primer grupo tomaron el avión que los ha traído a su lugar de origen.

La Brigada Multinacional Plus Ultra II está constituida en torno a la Brigada Extremadura XI, de la base extremeña de Bótoa. En territorio iraquí todavía permanecen 1.050 soldados, de los que 600 son extremeños.

Un millar de familiares y amigos acudieron a la base para abrazar a los militares, que fueron recibidos a pie de pista por el coronel jefe accidental de la Brigada Extremadura, Juan Nardiz Prado, junto a otros mandos. Posteriormente subieron a seis autobuses que los llevaron a la terminal civil del aeropuerto para superar los trámites aduaneros y comprobar que no se había colado entre el equipaje algún objeto o sustancia no permitida.

SANOS Y SALVOS "El viaje ha sido un poco largo, pero al final estamos en casa, sanos y salvos", relataba a la llegada el comandante José Just. El contingente partió de Base España, en Irak, a las ocho de la mañana del jueves. A pesar de que aquí las noticias que llegan son preocupantes, el comandante quiso tranquilizar a quienes todavía tienen a sus familiares en territorio iraquí. "Estos últimos días han sido normales, como al principio de la misión, las imágenes que aparecen en televisión son reiterativas, siempre los asaltos, los ataques y los vehículos quemados, pero es una deformación de la realidad, porque afortunadamente aquello no es así".

José Just recalcó que la zona donde se encuentran los soldados españoles "es bastante tranquila, hay momentos con pequeños incidentes, pero aplicamos las tácticas de protección que nos dan un alto nivel de seguridad", dijo.

Vuelven después de cuatro meses. Uno de los peores momentos vividos, desde la distancia, fueron los atentados del 11-M en Madrid. "Nos dimos cuenta de que en España había gente preocupada por nosotros y precisamente tenía la muerte mucho más cerca", declaró el comandante Just.