La Semana Santa de Badajoz alcanzó su cénit el Viernes Santo, en el que a pesar de las amenazas de lluvia y los chaparrones que efectivamente cayeron, se culminó con la salida de todos los desfiles, de gran interés, como los del Silencio, el Santo Entierro y el nocturno de la Soledad.

En el ecuador de la fiesta religiosa, La salida del Cristo de la Paz, de San Roque, la procesión del Silencio, congregó a miles de personas hasta el casco antiguo. Esta talla anónima del siglo XVI atribuida a Juan Bautista Vázquez el Viejo fue recuperada por Santiago Arolo en los años 60 y restaurada por Manuel Carmona. Sale a hombros de 22 penitentes en una atmósfera muy recargada por el silencio de los nazarenos y del público, y por el sonido de las cadenas en arrastre y el toque monótono de un tambor que distancia un golpe de otro varios segundos.

El primer gran momento después de la salida es el paso por el puente del Revellín y la entrada en los jardines de San Roque con todas las luces apagadas, así como su periplo por las callejuelas del casco viejo y la plaza Alta.

Ya por la mañana, muchos fieles realizaron el recorrido del Vía Crucis, con salida desde la iglesia de Santo Domingo, recorriendo los altares especialmente dispuestos y adornados para la ocasión en muchas de las iglesias del Badajoz intramurallas.

JESUS YACENTE Por la tarde pudo salir, aunque luego tuviera que resguardarse en la Soledad por causa de la lluvia, la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo Yacente, Nuestra Señora de las Lágrimas y Santiago Apóstol en la procesión del Santo Entierro, con tallas anónimas del siglo XVII. Esta cofradía cumplió 400 años y tuvo su origen en la ermita de Santiago levantada en el interior de la alcazaba los por los caballeros de la orden que acompañó a Alfonso IX en la conquista de la ciudad.

Esta procesión cuenta desde muy antiguo con una amplia representación de los estamentos de la ciudad y demás cofradías. Es considerada como una de las más solemne. La novedad de este año ha estado en la salida del Cristo crucificado en la urna y estrenó el nuevo dorado del paso Yacente, la restauración de la diadema de la Virgen y la nueva estructura del paso de Cristo.

Por la noche, de la nuevo la patrona de Badajoz, la Soledad, congregó a sus fieles que la acompañaron en su recorrido por las calles del centro y la carrera oficial con velas, agasajada con saetas hasta su recogida.