Desde el Grupo Gallardo no se quiso entrar ayer a polemizar con las plataformas que se oponen a la autorización de la toma de agua sobre el procedimiento utilizado en la solicitud. El único comentario es que los trámites seguidos para pedir este permiso son los legalmente establecidos, que la empresa ha seguido "escrupulosamente".

Hace unos días, desde el grupo industrial sí se salió al paso de las primeras críticas, indicando que el caudal que se demanda para la planta de refino es de cuatro hectómetros cúbicos por año, lo que supone el 0,5% de la capacidad del embalse. También se indicó que anualmente se destinan siete hectómetros cúbicos anuales al abastecimiento de las poblaciones, con lo que la refinería no comprometería la disponibilidad del suministro humano.

En cuanto a la tubería que iría desde el embalse hasta la refinería, el Grupo Gallardo indicó que va principalmente por pistas rurales, lo que minimiza el impacto. Por último, se señaló que la petición de autorización a CHG es uno de los muchos trámites del proceso, sin relación con el estudio ambiental.